La parada de Puerta Moguer es la primera pieza en la reordenación del recinto ferial de la ciudad. Los terrenos que lo rodean son un aparcamiento durante el año, hasta la llegada de la feria. El el entorno se ha utilizado un pavimento que permite ambas funciones, creando unas bandas cromáticas que ordenan el recinto.
Descripción del proyecto por Ahaus arquitectos
La Puerta de Moguer, como ocurre con las estaciones de autobuses y trenes, es la primera impresión que perciben los visitantes de la ciudad. Además, cumple una doble función ya que, durante las fiestas, se integra en el Recinto Ferial como portada de la caseta municipal y constituye un elemento significativo que pasará a formar parte del imaginario colectivo.
Funciona como un elemento de protección frente a las inclemencias del tiempo (sol, viento, lluvia…) durante la espera, a la vez que aporta comodidad a los viajeros e información sobre el municipio (contenido turístico, promocional, cultural, etc.).
La formalización del apeadero se basa en las marquesinas de tren que se construyeron en la provincia de Huelva desde principios del siglo XX y que forman parte de la conciencia colectiva como elementos de bienvenida y despedida de personas. Estas marquesinas poseían un plano horizontal que conectaba con la estación de tren y un plano inclinado que se abría hacia la zona de tráfico. Es precisamente esa idea la que da forma a la sección principal que hemos desarrollado en el proyecto.
El diseño parte de dos rectángulos de proporciones áureas en planta, de 7,5 x 12,13 m cada uno. A partir de ellos se desarrollan el resto de elementos, tanto en planta como en alzado, siguiendo la misma proporción áurea. Los materiales utilizados son muy importantes para formalizar el proyecto: hormigón visto, acero inoxidable y un pavimento drenante con áridos naturales reciclados. Todos son duraderos, resistentes, de bajo mantenimiento y que aportan una imagen rotunda a la intervención.
Se trabaja el espacio con la premisa de convertirlo en un edificio-escultura funcional, duradero y, sobre todo, bello; que sea capaz de transformarse en un hito y dé pistas al visitante de lo que va a encontrarse en su visita a la ciudad. El gusto por los detalles, la esbeltez, la liviandad, el minimalismo buscado y no buscado, la sorpresa, la luz y la sombra, la poesía… Todo eso podrán encontrar en Moguer y todo eso se ha querido reflejar en su Puerta.
El nombre de la ciudad es parte imprescindible del diseño. Las letras que forman la palabra MOGUER se perforan en el vuelo de hormigón, creando un juego de luces y sombras sobre el plano de movimiento. Durante el día, el sol atraviesa las letras y forma el nombre en el suelo. Durante la noche el efecto se consigue mediante la iluminación colocada para tal fin.
Se ha cuidado la accesibilidad de personas con movilidad reducida y/o que tienen alguna discapacidad incluyendo un mapa informativo de la ciudad en braille y unos bancos adaptados exclusivos y con la poesía manuscrita de Juan Ramón Jiménez.
Puerta Moguer es la primera actuación de la reordenación del recinto ferial. Los terrenos serán un aparcamiento durante el año, permitiendo la instalación de las casetas durante la feria. El pavimento utilizado permite ambas funciones y se dispone creando unas bandas cromáticas que ordenan el recinto, marcando las calles y guiando al usuario.