Descripción del proyecto por ARCHIVO Diseño y Arquitectura
Entre 1962 y 1967 existió el Museo Dinámico: una iniciativa del promotor cultural y antiguo jefe del Departamento de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes, Miguel Salas Anzures, y el audaz arquitecto Manuel Larrosa. Salas Anzures y Larrosa crearon el Dinámico para dar cabida a los artistas sin museo de la que eventualmente se llegó a conocer como la Generación de la Ruptura –Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Alberto Gironella, Vicente Rojo, Fernando García Ponce, Angélica Gurría, Luis Nishizawa, Enrique Climent y Waldemar Sjölander, entre otros– además del trabajo fotográfico de Nacho López y artistas más difíciles de clasificar, cercanos al teatro, el performance y el arte conceptual, como Alejandro Jodorowsky y Juan José Gurrola.
En las tres presentaciones del Museo Dinámico en la Ciudad de México, las casas experimentales proyectadas por Larrosa –antes de ser habitadas– fueron ocupadas por estos artistas, quienes transformaron espacios domésticos en escenarios transitorios para expresiones pictóricas, escultóricas, teatrales y performativas. También para la fiesta y el happening, para el rechazo a la cultura oficialista y las sacudidas a un entramado institucional poco receptivo.
Con su particular mezcla de arte-teatro-evento-arquitectura, el Museo Dinámico prefigura el vuelco cultural hacia lo escénico, lo conceptual y lo efímero de las décadas posteriores. En un ejercicio historiográfico de apropiación y resignificación, Mario García Torres hace una lectura contemporánea y recupera la esencia experiencial del Museo Dinámico, al rescatar del olvido documentos y obras originales, y proponer una serie de gestos y acciones que aluden a la naturaleza y atmósfera de la iniciativa, a la vez que reavivan la memoria arquitectónica de Manuel Larrosa en torno a un hito enterrado de la historia de la cultura reciente en México.