Conocido por su particular aproximación a la música, el músico y artista libanés Tarek Atoui, investiga las propiedades acústicas de elementos como el agua, el aire, la piedra y el bronce y las formas en que absorben el sonido y lo devuelven con matices inesperados. Este proceso inicia formas de agregación y curiosidad en los visitantes, a quienes se les pide que desempeñen un papel activo y participativo.
«Improvisación en 10 día», comisariada por Lucia Aspesi, es el título de la exposición de Tarek Atoui. "En Milán, mi propuesta es un homenaje a la improvisación", explica el artista. Tomando prestado un término específico del léxico de la música, Atoui explora el potencial de la composición en el espacio, poniendo en diálogo las cualidades materiales, escultóricas, arquitectónicas y relacionales de las obras con la naturaleza inmaterial del sonido y su reverberación en los cuerpos y las cosas.
Los entornos sonoros creados por el conjunto de las obras presentes en el espacio sugieren posibles experiencias de escucha y estimulan procesos de aprendizaje no tradicionales.

«Improvisación en 10 días» por Tarek Atoui. Fotografía por Agota Lukyte, cortesía de Pirelli HangarBicocca.
Utilizando el Shed como un gran lienzo en blanco, el artista reordena y recompone obras de una de sus exposiciones anteriores, partiendo de la identidad del espacio (un lugar de producción) y de las coordenadas temporales (los días en los que el artista montará la exposición) y utilizándolas para «improvisar» movimientos, armonías y afinaciones para crear una experiencia colectiva en un entorno sonoro. Es la primera vez que Atoui concibe una exposición como un dispositivo real capaz de evolucionar y materializarse con el tiempo en una situación dada, creando una relación dinámica entre el espacio, los instrumentos y las personas. El verdadero potencial del proyecto reside en su carácter «dinámico», en su apertura al azar.
«No hay bucle, no hay principio ni fin en el sentido de una composición o estructura musical que empieza y termina. Hay un ciclo que siempre está transformándose y una relación entre los instrumentos que siempre está cambiando».
Tarek Atoui.
Después de una formación en música, Atoui comenzó explorando las propiedades del sonido a través de la interpretación, y más tarde amplió su investigación hacia la espacialidad de los objetos en relación con el contexto artístico. A lo largo de su carrera, ha colaborado con compositores y artesanos de varios países para inventar y producir instrumentos con una fuerte impronta escultórica, combinando una amplia gama de materiales y habilidades. Utilizando dispositivos electrónicos y software, el artista reflexiona sobre las realidades sociales y políticas contemporáneas, revelando la importancia de la música y las nuevas tecnologías como dimensiones de expresión e identidad. Los valores educativos y las relaciones sociales son aspectos constitutivos de la práctica de Atoui, que a menudo implica colaboraciones con diversas comunidades locales e invita a los visitantes a interactuar y experimentar sus entornos multisensoriales.

«Improvisación en 10 días» por Tarek Atoui. Fotografía por Agota Lukyte, cortesía de Pirelli HangarBicocca.
Las obras de Tarek Atoui están concebidas como proyectos en constante evolución que cambian con el tiempo y se adaptan a los diferentes contextos en los que se presentan. El artista se inspira a menudo en obras pasadas que reimagina, lo que da como resultado una experiencia poética y una sensibilidad diferentes con cada reelaboración. Su investigación siempre comienza con un paradigma acústico que se experimenta a través de actividades como talleres con comunidades locales de artesanos, investigadores o músicos, y luego conduce a la producción de esculturas e instalaciones que invitan a un enfoque meditativo y multisensorial. En su trabajo, el sonido adquiere cualidades materiales y, además de ser escuchado, puede transmitirse y percibirse a través de la vibración, la tensión mecánica sobre una superficie o la experiencia táctil. La exposición presenta tres cuerpos de trabajo, dispuestos armoniosamente en el espacio y en diálogo con la luz natural.
El primer grupo de obras, WITHIN (2013-en curso), es uno de los proyectos más antiguos del artista, que surge de un taller que Atoui diseñó y dirigió con una comunidad de personas sordas. En estas obras, el artista busca un método para percibir el sonido en una dimensión táctil, visual y performativa. Partiendo de su experiencia como educador, reflexiona sobre el acto de escuchar y reinterpreta el sonido musical como lenguaje de aprendizaje. De esta serie de obras, la exposición incluye el grupo Souffle Continu, formado por Organ Within (2022), una escultura que reinventa el órgano tradicional y sus características performativas, espaciales y perceptivas, y las más recientes Wind House #1 y #2 (2023-24), dos "salas de viento" accesibles a los visitantes, que pueden experimentar a través de sus cuerpos el sonido producido por un flujo de aire comprimido y moldeado por la estructura transparente.

«Improvisación en 10 días» por Tarek Atoui. Fotografía por Agota Lukyte, cortesía de Pirelli HangarBicocca.
El segundo corpus, Waters' Witness (2020-23), surge de una investigación realizada en colaboración con el músico y compositor Eric La Casa en varios puertos, incluidos Atenas, Abu Dhabi, Beirut, Estambul, Oporto, Sídney y Singapur. Experimentando con diferentes tecnologías, como micrófonos submarinos y ambientales, Atoui grabó los sonidos de estos no-lugares que alguna vez fueron el corazón palpitante de las ciudades. Para la versión en Pirelli HangarBicocca, el artista exhibe varios mármoles de la ciudad de Atenas, que ahora se utilizan en la restauración de antiguos templos griegos.
The Rain (2023-en curso), uno de los trabajos menos conocidos del artista, está dedicado a la lluvia. Caracterizada por formas y materiales sofisticados como la madera, la cuerda y el bronce, la obra está inspirada en las técnicas tradicionales coreanas de fabricación de tambores y en la artesanía de la cerámica y el papel. Atoui explora múltiples composiciones sonoras a través del uso de dispositivos tecnológicos asociados a los cuatro elementos –tierra, agua, fuego y viento– en un proceso que transforma el ciclo de la energía en nuevos instrumentos y estimula diferentes experiencias auditivas.
“Los cuatro elementos aquí juegan un papel fundamental, son los intérpretes y están, diría yo, en la vanguardia de dar vida a esta pieza y hacerla funcionar”.
Tarek Atoui.