El estudio aptdotapt transforma, basándose en las cascadas de la montaña Yandang, que caen desde alturas imponentes, las cubiertas tradicionales que protegen la arquitectura del viento y la lluvia, en un pabellón compuesto por elementos que recojan el agua para darle la bienvenida en su interior, creando un sensible contraste material que, junto con la madera carbonizada que compone la estructura principal y con huevos superiores, filtre el sol y cree un delicado juego de luces, sombras y reflejos.
En el espacio propuesto de cuatro metros cuadrados en la exhuberante naturaleza de Wenzhou, el proyecto adopta una geometría triangular coronada por un elemento circular de acero inoxidable que refleja, suspendido sobre el suelo compuesto por rejillas rectangulares, el agua y a las personas que atraviesan la estructura, creando un puente entre arquitectura, naturaleza y humanidad.
Pabellón Drop-Stop por aptdotapt. Fotografía por aptdotapt.
Descripción del proyecto por aptdotapt
La ruta de eventos: Drop-Stop ubicada en la pintoresca zona de la montaña Yandang en Wenzhou, Zhejiang, marca la primera parada de la «Ruta de eventos», un camino que diseñamos para introducir ritmo y narrativa en el viaje repetitivo y mecánico de sinuosos ascensos a las montañas. En medio de la grandeza de las cadenas montañosas, buscamos crear pausas, como comas y punto y coma en un texto, para puntuar y enriquecer la experiencia.
Aparato de gotas de lluvia: inspirándonos en las gotas de lluvia que se forman entre las baldosas de la arquitectura tradicional oriental, nos propusimos reformar el papel espacial de los aleros. Originalmente eran estructuras externas para protegerse del viento y la lluvia, pero invertimos su función y las llevamos al espacio interior. Dentro del pabellón, las baldosas de vidrio transparente se superponen para formar un marcado contraste con el exterior de madera negra carbonizada. La luz del sol se filtra a través de los huecos de la parte superior, proyectando texturas en las baldosas, tejiendo un juego poético de montaña, agua, luz y sombra.
En los días de lluvia, el agua se desliza por las baldosas hasta las piscinas de acero inoxidable con espejos situadas a ambos lados, lo que permite a los visitantes tocar las gotas de lluvia que caen, observar las ondas que se forman cuando las gotas se encuentran con el agua y escuchar el sonido relajante de la lluvia que fluye de una piscina a otra. En este pabellón de 4 metros cuadrados, el agua se convierte en un puente que conecta al yo con el entorno que lo rodea. Los reflejos de las exuberantes montañas, las cascadas y la niebla en las piscinas yuxtaponen la realidad y la ilusión, creando un momento de tiempo suspendido. Tocar el agua se siente como tocar un espejismo, lo intangible, la esencia de la propia montaña Yandang, lo que deja a los visitantes con un recuerdo profundamente personal de este lugar.
Los órdenes geométricos: ritual, cuerpo y naturaleza: el pabellón adopta una forma triangular, con un techo circular de acero inoxidable con espejos incrustado en la parte superior. Suspendido sobre el suelo, su suelo está revestido con rejillas rectangulares de 40 x 100 cm dispuestas en patrones en capas. De pie en el centro del pabellón y mirando lentamente hacia arriba, los visitantes ven el mundo reflejado en los estanques laterales, moviéndose lentamente hacia los destellos de luz en las baldosas, llegando a la cima donde se cruzan vigas de acero y el reflejo circular de sí mismos, creando un diálogo entre el cosmos y el yo.
En la dimensión vertical, los estanques de lluvia a ambos lados están colocados a alturas escalonadas, que corresponden a dos gestos corporales: sentarse y estar de pie. Como complemento, las fachadas laterales que miran a las montañas presentan ventanas de proporciones variables, reinterpretando la técnica pintoresca tradicional del jardín oriental en un contexto arquitectónico contemporáneo. La tercera fachada ofrece dos entradas: la entrada principal está abierta y conduce a una serie de escalones, mientras que una entrada secreta a escala para niños los invita a agacharse y gatear. Este diseño también mejora la penetración visual para estadías prolongadas.
El escalón de piedra y el pino en la entrada se originaron en el sitio. Durante la construcción, posicionamos intencionalmente la entrada junto al imponente pino, permitiendo que su elegancia vertical resonara con la postura ascendente del pabellón, haciendo del árbol una parte integral del diseño.
