Esta es la primera oportunidad que tenemos en España de introducirnos en una muestra a gran escala de Kusama (Matsumoto, Prefectura de Nagano 1929), una figura extraordinaria y única, considerada en su país como la artista viva más importante.

En esta completa retrospectiva monográfica sobre la obra de la artista japonesa se ofrece una visión global de sus seis décadas de carrera que permite recorrer, a través de una serie de ambientes, el acercamiento de Kusama a los diferentes materiales y técnicas. La exposición incluirá algunas de sus conocidas instalaciones de gran formato, entre las que destaca nueva representación del espacio infinito en Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life (2011), montaje diseñado expresamente para esta ocasión.

La retrospectiva a gran escala que sobre ella se realiza en España ha sido organizada en colaboración con la Tate Modern. Después de Madrid podrá verse en el Centre Pompidou de París, en la Tate Modern de Londres y en el Whitney Museum de Nueva York.

The Woman (La mujer), 1953. Pastel, tempera y acrílico sobre papel. 45,4 x 38,2 cm. The Blanton Museum (Texas, Estados Unidos)

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
Fechas: 10 mayo – 12 septiembre 2011
Lugar: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Edificio Sabatini. 1a Planta (Sala A1)

Organización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en colaboración con Tate Modern de Londres
Comisaria: Frances Morris
Coordinación: Gemma Bayón

Itinerario:- Centre Pompidou, París (19-10-11 / 09-01-12) - Tate Modern, Londres (09-02-12 / 05-06-12) - Whitney Museum of American Art, Nueva York
(Junio – Septiembre 2012)
Actividades Paralelas: Encuentro sobre Yayoi Kusama con Frances Morris 11 de mayo de 2011, 19.30h

 

God of the Wind (Dios del vent), 1955. Óleo sobre lienzo. 51,5 x 64 cm. © Yayoi Kusama.

Explorando técnicas y materiales: primeras pinturas y papeles

Los primeros cuadros de Kusama reflejan el estado catastrófico en el que quedó Japón tras la II Guerra Mundial, no sólo por su temática apocalíptica, sino también por el uso improvisado de los materiales. Ante la imposibilidad de conseguir pinturas al óleo, Kusama experimentaba con pinturas domésticas corrientes mezcladas con arena y empleaba sacos de semillas del negocio de sus padres en lugar de lienzos.

En los años siguientes, Kusama siguió desarrollando sus técnicas en obras en papel, de las que creó cientos de ellas a principios de la década de 1950. Ejecutadas utilizando distintas técnicas como tinta, pastel, acuarela, aguada y témpera, dan testimonio de la constante exploración de la forma y el color acometida por la artista. Estas obras varían en su contenido, pero a menudo incluyen formas abstractas que evocan elementos de la naturaleza: huevos, semillas, árboles, flores...

Self-Obliteration No.2 (Auto-obliteración nº 2), 1967. Acuarela, Lápiz, pastel y fotocollage sobre papel. 40,4 x 50,4 cm. © Yayoi Kusama.

1960 – 1970: Infinity Net, Accumulation Sculptures y primeros collages

A mediados de los cincuenta Kusama empezó a establecer vínculos con Estados Unidos, hasta que en 1958 se trasladó a vivir a Nueva York. Como muchos otros artistas, tuvo que luchar para abrirse camino y sobrevivir con unos recursos limitados mientras empezaba a exhibir gradualmente su obra. Al mismo tiempo, transformó radicalmente sus planteamientos pictóricos.

En esa época comienza a pintar sus famosos Infinity Nets, un conjunto de lienzos de gran formato que muestran abiertamente su proceso de creación. Las redes se componen de versiones repetidas de un único y sencillo gesto: un discreto movimiento de la muñeca de la artista, expresado a través de su pincel como un arco de pintura. La constante uniformidad de este gesto denota a la vez obsesión y meditación. Para la artista, las redes y los «puntos» visibles entre los arcos pintados se convertirían en los motivos clave de un vocabulario personal de imágenes.

Accumulation No.2 (Acumulación nº2),1962. Sofá, tela de relleno, yeso y pintura
88,9 x 223,5 x 102,2 cm
Hood Musuem of Art, Dartmouth College, Hanover (New Hampshire). Estados Unidos.

Cuando empezaba a disfrutar de cierto reconocimiento por sus cuadros en Estados Unidos y Europa, Kusama volvió a cambiar de táctica y comenzó a trabajar en sus primeras esculturas. Arraigadas en la técnica obsesiva de Infinity Nets, las llamadas Accumulation Sculptures incluían elementos cotidianos cubiertos por una proliferación de formas repetidas. En los primeros ejemplos, Kusama recubría las superficies de diversos objetos domésticos como muebles, ropa y accesorios con múltiples falos de tela rellenos y cosidos. Las Accumulation Sculptures se presentaron en una de las primeras exposiciones del floreciente movimiento de arte pop americano, junto con obras de Andy Warhol, Claes Oldenburg, George Segal y James Rosenquist.  .../...

Vista de la instalación The Moment of Regeneration, 2004. Tela cosida, poliuretano, madera y pintura. Dimensiones variables.
Fotografía: Joaquín Cortés / Román Lores.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia.

I’m Here, but Nothing (2000)
A finales de los noventa, tras un paréntesis de casi treinta años, Kusama volvió a crear instalaciones de gran envergadura. I’m Here, but Nothing (2000) es un interior doméstico oscurecido con accesorios y muebles sencillos y anodinos. La imagen de estabilidad burguesa que podría suscitar esta escena, se convierte en algo surrealista y extraño en la instalación de Kusama. Los puntos adhesivos fluorescentes brillando en la luz tenue y cubriendo la habitación y todos sus muebles, pueden entenderse como una simplificación visual de los episodios alucinatorios de la artista.

Vista de Sala. Fotografia: Joaquín Cortés / Román Lores.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia.

Últimos trabajos
En los últimos años, Kusama ha vuelto con entusiasmo renovado al dibujo y la pintura. El Museo Reina Sofía exhibe por primera vez las obras creadas entre 2009 y 2010, la mayor serie de cuadros de la artista hasta la fecha. En estas piezas predomina un lenguaje visual que recuerda a los elementos de sus primeros años: motivos repetitivos entre los que se incluyen flores, ojos, el autorretrato jeroglífico de la artista colocada de perfil y, como siempre, puntos y redes.

Vista de la instalación Infinity Mirrored Room filled with the Brilliance of Life, 2001.
Fotografía: Joaquín Cortés / Román Lores.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia.

La experiencia del espacio infinito: Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life (2011)
Una de las obsesiones permanentes de Kusama es la representación del espacio infinito. En su larga trayectoria artística, la autora japonesa ha mantenido su exploración de este campo hasta conseguir un efecto mágico en sus Infinity Mirror Rooms. En 1965 creó la primera de estas instalaciones a gran escala denominada Infinity Mirror Room – Phalli’s Field.

Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life es el nombre del montaje que Kusama ha diseñado expresamente para la exposición del Museo Reina Sofía y en el que los espectadores pueden internarse y explorar, rodeados por su propia imagen reflejada.

Más información

Yayoi Kusama pertenece a una serie de mujeres artistas importantes que, contra todo pronóstico, consiguieron reconocimiento en el mundo artístico abrumadoramente masculino del Nueva York de las décadas de 1950 y de 1960. Con la doble desventaja de ser mujer y extranjera, Kusama se hizo con el apoyo crítico de los comentaristas y con el respeto de sus colegas.

Nació el 22 de marzo de 1929 en Matsumoto, una ciudad de provincias situada en la región montañosa de la prefectura de Nagano, unos 209 km al oeste de Tokio. Es la menor de cuatro hijos de una familia de clase media alta cuya riqueza procedía de la gerencia de varios viveros dedicados a la venta de semillas al por mayor.

Con el deseo de liberarse de las costumbres y convenciones profundamente conservadoras que caracterizan a la familia y a la sociedad de Japón, se trasladó a Kioto para estudiar arte. En 1958 tomó una decisión más radical y se mudó a Nueva York, sin mecenas ni protector, para iniciar una carrera independiente en la ciudad que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se había convertido en el epicentro del mundo del arte contemporáneo.

En su autobiografía, Kusama recuerda: “Para un arte como el mío –arte que combate en la frontera entre la vida y la muerte y que cuestiona lo que somos y lo que significa vivir y morir- [Japón] resultaba demasiado pequeño, demasiado servil, demasiado feudal y demasiado desdeñoso con las mujeres. Mi arte necesitaba una libertad más ilimitada y un mundo más amplio”.

Las primeras pinturas y dibujos de Kusama son de inspiración surrealista, aunque inimitablemente suyas. Obtuvieron grandes elogios por parte de los expertos en arte más prominentes, algo que también conseguirían sus primeras pinturas de gran formato, sin precedentes, creadas durante sus primeros años en Nueva York. Esos lienzos enormes o, como llegaron a llamarse, Infinity Nets estaban cubiertos por pinceladas festoneadas de un solo color, repetidas sin cesar, con lo que se anticipaba al nacimiento de la pintura monocroma y al surgimiento de las técnicas de series, propias del arte minimalista y conceptual de la década de 1960.

Kusama no abandonaría esa experimentación precoz con nuevas posibilidades artísticas cuando forjó sus propios caminos en la escultura y en las instalaciones, adoptando técnicas de montaje y de escultura blanda que pueden reivindicar su precedencia —y su constatable influencia— respecto a artistas más jóvenes de la vanguardia, como Andy Warhol o Claus Oldenburg. A la innovación le seguía más innovación y, en menos de cinco años, Kusama creó la media docena de sintonías que han marcado su prolongada carrera y que continúan respaldando su impresionante creatividad: las pinturas «infinitas» y los objetos y ambientes cubiertos de falos o de macarrones, que abordan obsesiones relacionadas con el sexo y la comida, respectivamente; sus espectaculares habitaciones de espejos; collages de fantasía y fotomontajes; proyectos con películas y proyecciones de diapositivas; y el montaje de performances radicales y contraculturales.

En Nueva York, contra todo pronóstico, consiguió reconocimiento en el mundo artístico abrumadoramente masculino de las décadas de los años cincuenta y sesenta. Sin embargo, poco después, sus performances más radicales se enfrentaron a una creciente hostilidad por parte del mundo del arte. El abandono cada vez mayor por parte de la crítica, la pobreza y la enfermedad mental llevaron a Kusama a retirarse de la escena artística neoyorkina. En 1973 regresó a Japón, donde empezó de cero y continuó reinventándose a sí misma —como novelista, poeta, creadora de collages, pintora y escultora—, creando obras en el entorno protegido del hospital de Tokio en el que ha vivido desde 1977, pero también desde su estudio cercano, donde pasa todavía su jornada laboral.

Yayoi Kusama continúa hoy creando y ampliando el abanico de “ambientes” a los que debe su fama – unas instalaciones de gran formato y con una intensidad deslumbrante-, mientras pinta incansablemente a mano una extensa serie de dibujos figurativos de fantasía, repletos de detalles obsesivos.

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Publicado en: 9 de Mayo de 2011
Cita: "YAYOI KUSAMA en el Museo Reina Sofia" METALOCUS. Accedido el
<http://www.metalocus.es/es/noticias/yayoi-kusama-en-el-museo-reina-sofia> ISSN 1139-6415
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