La Glass House fue construida por Philip Johnson en lo alto de una colina en New Canaan, Connecticut, como su propia casa de fin de semana. Conocida como paradigma de transparencia y minimalismo, la casa se terminó en 1949, y el arquitecto vivió allí desde entonces hasta que murió en 2005.
El concepto de la caja de vidrio parte de las ideas de Mies van der Rohe, y de hecho es fácil ver el parecido de la Casa de Cristal con dibujos tempranos de la Casa Farnsworth. En un artículo del Architectural Review en 1950, Johnson admitía sentirse en deuda con su maestro de por vida. Se dice que cuando Mies, que era extremadamente riguroso y perfeccionista, fue a visitar la Casa de Cristal quedó horrorizado ante la poca sensibilidad constructiva de aquella versión de su caja de vidrio. Se negó a pasar la noche y se marchó bastante indignado, lo cual es comprensible si además tenemos en cuenta que su discípulo se le había adelantado: la Casa Farnsworth tardaría dos años más en terminarse.
Johnson se refería a su casa como "su diario de cincuenta años". Un único espacio rectangular de 10 x 17 metros contiene dormitorio, salón, comedor, baño (dentro de un cilindro de ladrillo que ancla visualmente la casa al suelo) y una cocina con una larga barra que facilitaba la celebración de cócteles.
De hecho, Johnson, primer comisario del departamento de arquitectura del MOMA en los años 30, pertenecia a la elite intelectual y artística neoyorquina y las fiestas en la Glass House fueron frecuentes a lo largo de los años.
Visualicemos a Andy Warhol, John Cage y algún aventajado alumno de Johnson en Yale, como Robert A.M. Stern, discutiendo animadamente con una copa de martini en la mano y los robles y arces reflejados en el vidrio como telón de fondo.
Como todos los extremos, la transparencia de la Glass House necesitaba un contrapunto que permitiera al habitante refugiarse de la exposición a la que se veía inevitablemente sometido: la Brick House. Construida al mismo tiempo que la de vidrio, la casa de ladrillo albergaba las instalaciones y proporcionaba intimidad al arquitecto cuando la requería, en cuyo caso podía acceder a través de un pasadizo escondido, accesible a través del núcleo del baño, que conecta ambas casas. Sólida y opaca (aunque dotada con grandes ventanas que llenan de luz el interior), conserva las mismas dimensiones y se encuentra prácticamente enfrentada a la casa de vidrio.
Johnson fue completando el conjunto con nuevos volúmenes a lo largo de los años. Algunos tenían funciones específicas (el estudio y las galerías de pintura y escultura, destinadas a conservar una envidiable colección de arte). A otros los llamaba simplemente sus "follies", experimentos cuya volumetría impedía destinarlos a algún uso concreto (Lake Pavilion, Ghost House, Da Monsta). En total son catorce edificios distribuidos en un terreno de 190.000 metros cuadrados.
En los últimos años la Glass House se ha convertido en lugar de peregrinaje de arquitectos y estudiantes, y quienes la han visitado aseguran haberse sentido rodeados de naturaleza y sumergidos en un clima de contemplación, quizás reminiscente del que experimentó el propio Philip Johnson al final de su vida. Sin embargo, es innegable que durante muchos años esta fue una casa llena de vida, discusiones interesantes, eventos artísticos, risas y amistad. Citando a Johnson:
“I designed the Glass House to make people feel good.”
Os dejamos el vídeo de un evento de danza que organizó Merce Cunningham en la casa en 1967. Se anunció como un "country happening", y terminó con un concierto de The Velvet Underground.