Descripción del proyecto por Héctor Fernández Elorza
Chefslab es un espacio que surge de la mente de su dueño, Sergio Pérez, para organizar eventos y talleres gastronómicos para aforos reducidos. El desafío se encontraba en crear una experiencia única con un presupuesto mínimo y en un local existente.
Por lo tanto, la primera decisión de proyecto fue concentrar las fuerzas en las mínimas acciones para conseguir la máxima repercusión posible. Esto se tradujo en:
Clarificar el espacio, generando un gran espacio diáfano servido plateado que sería apoyado por los espacios servidores (cocina, aseos, almacén). La sala plata será el lugar donde se desarrollarían todas las actividades pudiendo ser un espacio único o fácilmente compartimentado con elementos móviles, según la necesidad. En este punto se demolieron los paramentos preexistentes que suponían un obstáculo para la continuidad del espacio.
Selección de materiales sencillos de gran impacto. Manteniendo la mínima inversión de la obra, los acabados debían resolver el mayor número de condicionantes posibles. Por ello, todo el espacio se resuelve con tres materiales: acero, pintura negra y aislante térmico reflectivo. Cuya combinación negro y plata permite la clarificación de zonas e identifica el espacio como algo único. La plata envolverá todas las actividades, sus múltiples reflejos darán el dinamismo que siempre va a asociado a las cocinas, a la creación de nuevos sabores, mientras el negro será el refugio para el descanso, aquello que se mantiene estático.
Almacenaje. Era otra de las premisas de partida, era necesario tener una gran capacidad de almacenamiento sin perder por ello, aforo en la sala principal y sin crear nichos ni compartimentar excesivamente el espacio. Así que, se aprovechó el muro de fachada donde se encuentran los grandes ventanales para generar un muro equipado. Enmarcando los huecos aparecen dos bandas de almacenaje, sirviendo la banda inferior como asiento en un espacio tan agradable como es una ventana.
Elementos singulares: la experiencia del espacio cuenta con unos hitos que son parte del ritual y que quedarán en la memoria de los usuarios, además del contraste negro y plata que lo envuelve todo: hito uno: estantería tubular del fondo Este de la sala. Es el primer elemento con el que se entra en contacto ya que es una estantería en la que se encuentra la colección de libros de cocina de Sergio, pero también donde se colocarán los abrigos, bolsos, etc. de todos aquellos que lleguen a Chefslab. Esta estantería compone el frente este de la sala, que queda enfrentado al hito dos: hogar del horno Josper del fondo Oeste. Este frente lo compone una imponente campana, una chapa de acero inoxidable que son el hogar del elemento de cocina que dominará la sala. Hito tres: lavarse las manos. Es el ritual necesario antes de ponerse a cocinar o comer, por eso, en este caso, también se busca poner el acento en este acto cotidiano y tan relevante en la cocina. Para lavarse las manos habrá que pasar a la zona servidora, pintada en negro, donde se sitúa la olla-lavabo. Será un lavabo común para todos. Por último, se encuentra la iluminación, hito cuatro, que se diseña de una manera sencilla y reconfigurable que se adaptará a lo que esté ocurriendo en la sala Plata.
Chefslab, se propone como un sencillo bocado de experiencias únicas.