En planta baja se accede por un pasaje exterior que conecta con el espacio público del interior de la manzana a través de un patio para aparcar las bicicletas. Los locales para uso de la cooperativa ocupan el resto de la planta baja, albergando un espacio polivalente comunitario, una cocina-comedor y sala de estar para grupos, un espacio de «coworking», una lavandería, una sala de curas y un espacio de distribución de alimentos que es a la vez cooperativa de consumo (economato).
Las viviendas que contiene el edificio tienen diferentes tipologías flexibles en función del número de módulos que se hayan empleado, y todas permiten comunicar o cerrar las piezas. Todas las viviendas tienen ventilación cruzada por los patios interiores, que permiten también el paso de la luz natural que entra por el interior del volumen.
«La Chalmeta» por Pau Vidal y Vivas Arquitectos. Fotografía por José Hevia.
Descripción del proyecto por Pau Vidal y Vivas Arquitectos
El proyecto se inicia a raíz de una convocatoria pública del Ayuntamiento de Barcelona para la cesión de uso del solar ubicado en el barrio de la Marina del Prat Vermell calificado como VPO con derecho de superficie en favor de cooperativas de vivienda durante un mínimo de 75 años. La autopromoción y la posterior gestión colectiva por parte de la cooperativa Llar Jove Marina Prat Vermell SCCL ha supuesto la participación de los 32 vecinos en el proceso (diseño, construcción y uso) generando la oportunidad de conocer y proyectar de forma conjunta sus necesidades concretas, apostando por la dimensión comunitaria como uno de los valores principales.
La volumetría marcada por el Planeamiento define la alineación a viales y dos alturas de 4 y 8 plantas. El edificio resuelve la esquina vaciando el centro del volumen, generando dos barras de diferente altura con cuatro patios entre ellas. En cada planta la pasarela de acceso a las viviendas se formaliza en un único eje longitudinal que conecta con el núcleo de escalera y ascensores. Estas pasarelas propician las relaciones y se convierten en un espacio de transición entre la comunidad y la vivienda. En un punto intermedio de este recorrido, la cubierta del edificio de menor altura funciona como terraza-jardín comunitario y dota a la edificación de un espacio verde de calidad. En planta baja se accede desde la calle Ulldecona, por un pasaje exterior que conecta con el espacio público del interior de la manzana a través de un patio para aparcar las bicicletas. Los locales para uso de la cooperativa ocupan el resto de espacios de la planta baja, acogiendo un espacio polivalente comunitario, una cocina-comedor y sala de estar para grupos, un espacio de trabajo (coworking), una lavandería, una sala de curas y un espacio de distribución de alimentos que es a la vez cooperativa de consumo (economato), todos ellos en torno a los dos patios que llegan hasta la planta baja.
«La Chalmeta» por Pau Vidal y Vivas Arquitectos. Fotografía por José Hevia.
La vivienda se entiende como una agrupación de espacios no jerarquizados. La disposición de una malla organizadora donde todos los espacios parten de una dimensión homogénea configura el patrón para llenar o vaciar el edificio, agruparse a ambos lados de la pasarela y adoptar diferentes tipologías de vivienda de 1, 2 y 3 habitaciones en función del número de módulos empleados. En el interior de las viviendas, los espacios modulares se suceden desde el acceso hasta la fachada a calle. Agrupar, comunicar o cerrar las piezas son las opciones de uso que permite esta tipología flexible. Todas las viviendas tienen ventilación cruzada a través de los patios interiores, que permitirán a su vez introducir la luz y asoleo de orientación sur hacia el interior del edificio.
El proyecto incorpora una serie de criterios de bioconstrucción, diseño saludable y eficiencia energética, entre los que cabe destacar la conexión a la red urbana de generación y distribución Ecoenergías (central Marina, planta de biomasa) para calefacción y agua caliente sanitaria.