En los acabado se ha prestado atención a los muebles y su disposición. No se ha descuidado la estética, sencilla y colorida en todo el interior del edificio con colores fundamentalmente blancos y azules o los directos del material utilizado.
Los materiales que componen este comedor son el hormigón en los muros, la madera en la zona del comedor y el vidrio, teniendo gran protagonismo este último en la fachada principal iluminando toda la zona de mesas y sillas.
Comedor de la Escuela Wolfbusch por Walter Huber Architekten. Fotografía por Zooey Braun.
Comedor de la Escuela Wolfbusch por Walter Huber Architekten. Fotografía por Zooey Braun.
Descripción del proyecto por Walter Huber Architekten
La Wolfbuschschule de Stuttgart-Weilimdorf, un conjunto de varios edificios, se ha ampliado con un comedor para conformar la oferta escolar de todo el día. Además del uso de comedor escolar, en el nuevo edificio se pueden celebrar otros actos escolares como festivales, conciertos, conferencias de profesores, etc.
El nuevo comedor cierra el campus por el sur. La estructura, casi cuadrada, se abre consecuentemente al espacio abierto de nuevo diseño. La marquesina, ampliamente proyectada y protectora, media entre el interior y el exterior como un gesto de invitación. El resultado es una impresión espacial flotante, limitada por el ala de la sala lateral como «pared cuadrada».
La construcción y la materialidad caracterizan la apariencia y son una expresión del interior. Las habitaciones contiguas al servicio con la cocina y las salas técnicas son de hormigón, el comedor está proyectado como una construcción de madera. De forma coherente, los dos materiales de construcción, hormigón y madera determinan el espacio y las fachadas.
El propio comedor está proyectado como un espacio sin pilares. Un «mueble» insertado que alberga retornos de platos, etc, estructura el espacio en una zona de comedor más tranquila y otra más ruidosa zona de servicio de alimentos. Limitar el espacio a unos pocos materiales y colores le da un ambiente agradable y alegre. Las superficies de las paredes y techo de abeto blanco, que absorbe en parte el sonido, linóleo como suelo, que recoge el colorido del de los espacios abiertos, en diálogo con la «pared cuadrada» azul «pared cuadrada» y el «mobiliario» blanco caracterizan el espacio.
Las instalaciones técnicas necesarias se integraron hasta el detalle. La ventilación y la iluminación se redujeron y se combinaron a unos pocos componentes. La disposición lineal sigue la estructura portante de las vigas de madera visibles.