Construir una cubierta para una sala de reuniones de 290 m² en el parlamento cantonal de Vaud, sobre ruinas del siglo XIII, insertada en el pintoresco horizonte de la vieja ciudad de Lausana. Ubicado entre el Château Sainte-Maire y el La Catedral de Lausana, el Palacio del Parlamento, inaugurado en 2017, esta dotado de un techo apoyado únicamente en su base, un atrio vidriado que deja entrar la luz natural y una galería que domina la sala de conferencias para ciudadanos y periodistas. La novedad del techo de casi 15 metros de altura radica en su diseño sin vigas.
El diseño innovador del techo hace que la estructura sea notablemente robusta, con poco espacio desperdiciado. Normalmente, las cubiertas de madera son soportadas por una estructura de vigas. Los puntos más frágiles de estas estructuras se localizan donde las vigas están conectadas. Si falla un haz, la estabilidad de todo el techo puede verse comprometida. Trabajando con grandes paneles de madera preensamblados que componen la superficie de la estructura y sus elementos de carga, la propuesta hecha por Weinand y su equipo distribuye todas las fuerzas a lo largo de toda la superficie del techo, en lugar de concentrarla en lugares específicos.
El diseño sin uniones del techo fue posible gracias al desarrollo de paneles de madera laminada en cruz, una innovación importante en la tecnología de la madera. Al pegar tablas de madera para que las direcciones de sus fibras se alternen de capa a capa, estos paneles proporcionan una alta resistencia, incluso para paneles muy delgados. "Las propuestas basadas en innovaciones tecnológicas rara vez reciben mandatos públicos, debido a los riesgos asociados con ellos. El hecho de que teníamos una extensa investigación para respaldar nuestras afirmaciones definitivamente jugó a nuestro favor", comento Yves Weinand, director del laboratorio de construcción de madera de EPFL.
Descripción del proyecto por Bonell i Gil Arquitectes
El nuevo edificio, que ha contado con un presupuesto de 25.410.000 millones de euros y que abrió sus puertas el 14 de abril, por su condición de representante de la institución democrática y por su situación estratégica entre la catedral —construida en el siglo XII y reconstruida en el XIX por Viollet Le Duc— y un castillo del siglo XIV, se erige como la última pieza del puzzle que equilibra visualmente el simbolismo de las instituciones religiosa y militar.
Como aspectos relevantes del proyecto citar 3 actuaciones: la sala de plenos y su cubierta, el acceso y la sala des pas-perdus.
Para resolver uno de los desafíos arquitectónicos del encargo: aumentar la volumetría de la sala del Grand Conseil para adecuarla a las nuevas necesidades parlamentarias, se han utilizado innovadores conceptos constructivos y tecnológicos. En concreto, la planta de la sala gana en superficie al desbordar en voladizo los muros de cimentación históricos y se abre en dos de sus fachadas a las vistas sobre la ciudad, el lago Leman y los Alpes. Además, se ha pretendido que la cubierta, más allá de un carácter funcional, adquiriese la suficiente representatividad para encajar el edificio en el espacio urbano de la Cité, entre el viejo castillo y la catedral. Para ello, ésta se ha diseñado con una forma piramidal que permite el confort ambiental a través de su lucernario cenital y su climatización se basa en el principio de ventilación de los termiteros.
Por su parte, el descubrimiento de unas ruinas históricas en uno de los muros que delimitan el hall de acceso, ha conllevado la reubicación y el rediseño de la escalera que comunica con las diferentes plantas. Ésta, realizada en acero y madera, recorre el espacio de triple altura, y se pliega para formar un mirador. Su contundencia visual disminuye al colgar su estructura de un solo tirante.
Y por último, la sala des Pasos perdidos, nombre que reciben los vestíbulos con carácter de espacio de reunión y tránsito en los edificios públicos, donde se ha reconstruido el antiguo pavimento de piedra y a partir de moldes de hormigón se ha reinterpretado su cubierta.