“Todo el conjunto quedará más integrado, hacia dentro y hacia fuera”, describió Foster. Las reformas permitirán al museo bilbaíno ganar casi 5.000 metros cuadrados para exposiciones.
Foster precisó que todavía no se han decidido los materiales con los que se construirá la nueva estructura, ni su color definitivo, aunque ha adelantado que ha propuesto al Patronato del Museo tres posibilidades: algún tipo de piedra blanquecina, un "composite" o resina clara o un cristal tintado en blanco que permita el paso de la luz natural al interior de las dos galerías proyectadas.
La hoja de ruta de esta importante intervención arquitectónica quedó fijada el 11 de diciembre de 2018 en el Plan Estratégico 2019-2022, aprobado por el Patronato con los objetivos de impulsar la modernización organizacional y la ampliación física de la institución. En esta nueva visión estratégica, la actuación de mayor calado es la ampliación de unos 8.000 m² del espacio operativo del museo, con un presupuesto de 18.658.200 € y un plazo de ejecución de 45 meses.
El proyecto incrementa los criterios de sostenibilidad al incorporar placas solares y sistemas de captación de la luz natural. El conocido arquitecto británico, también ganó la ampliación del Museo del Prado, en un concurso en el que también figuraban el arquitecto inglés David Chipperfield, el portugués Souto de Moura premio Pritzker 2011, el holandés Rem Koolhaas premio Pritzker 2000, o los arquitectos españoles Nieto y Sobejano.