¿Cómo no hacer mención al mundo de la bicicleta habiendo vivido en Ámsterdam? Llegar a la estación de tren de Amsterdam Centraal, girar la cabeza noventa grados a la derecha y encontrarte una serie de rampas enlazadas repletas de bicicletas, es una de esas imágenes imborrables que uno raramente olvida. Éste gran parking, a modo de dique bañado por el canal, funciona como punto de reposo del transporte personal de miles de personas que por diversas razones, mayoritariamente por temas de trabajo, se desplazan en tren a ciudades limítrofes.
Aparcamiento de bicicletas. Fotografía © The impression that i get. Cortesía de Francisco Peláez Marín.
Desde que pones el primer pie en la ciudad te das cuenta que es una ciudad diseñada completamente por y para el mundo de la bicicleta, dónde una línea roja pone las pautas e inunda hasta el último espacio, como el propio sistema nervioso en el cuerpo humano. Éste bólido de dos ruedas se convierte en un elemento intrínseco a la persona, un compañero inseparable, que forma parte de la rutina del día a día.
El paisaje urbano se nutre de identidad con la inclusión de la bicicleta, una escenografía que coloniza los zócalos de los edificios, calles angostas que nos llevan a sitios que ni suponemos, en definitiva, visten de vida y color el cuadro amsterdaniano.
Nieve. Fotografía © Robert Waan Warden. Cortesía de Francisco Peláez Marín.
Una de las cosas que me parece conveniente reseñar es la curiosa variedad de tipología que existe, y que se ha ido implantando y modificando a lo largo del tiempo. En este aspecto, cabe destacar la bicicleta equipada o bólido de tres ruedas provisto de carrito multiuso, generalmente de madera, donde almacenar utensilios que uno necesite o simplemente llevar a los niños al colegio. Un objeto que es tatuado, diseñado y adornado a modo del consumidor.
Bicicleta equipada. Fotografía © Francisco Peláez Marín.
Al llegar el invierno, con la aparición del frío, la nieve y la lluvia, el carril bici se tiñe de hielo y por consiguiente el movimiento en bicicleta se vuelve peligroso. Recuerdo todas esas mañanas de noviembre y diciembre, días repletos de un gris que inundaba el cielo y que parecía no querer irse a dormir. Yo y mi figura envueltos bajo un chubasquero negro, brillante y con broches grises para apretarme las mangas y los bajos del os pantalones como si de un pescador faenando en alta mar se tratasen. Un atuendo, donde tímidamente los ojos, encontraban un ápice de hueco para ver entre las gotas que bañaban mis gafas, y la ajustada capucha que me cubría totalmente la cabeza y parte de la frente. Una sensación extraña e incluso molesta diría yo, debido a que ni observas al resto de bicis que te aparecen por los diferentes caminos ni terminas de ser capaz de conducir hacia delante con tranquilidad y seguridad.
Bajo la lluvia. Fotografía © Francisco Peláez Marín.
La bicicleta termina convirtiéndose en tu amiga, una compañera de viajes, por la cual terminas sintiendo cariño y pena cuando la dejas en manos del destino definitivamente para regresar, una sensación ciertamente agridulce. Otros, sin más preámbulos, las lanzan a los canales a la vez que piden un deseo, quizás, el de volver otra vez.
IN TREATMENT [>2] - METALOCUS.
DIRECTOR: JOSÉ JUAN BARBA. COORDINACIÓN: INÉS LALUETA. ORGANIZACIÓN: INÉS LALUETA, PEDRO NAVARRO. INVITADOS SEGUNDA TEMPORADA: JOSÉ JUAN BARBA, JAVIER SANCHO, FRANCISCO PELAEZ, MICHAEL MORADIELLOS, MELISSA SCHUMACHER, VERÓNICA ROSERO, AINHOA MARTÍN.