El edificio de 2.100 metros cuadrados se compone de una serie de módulos repetidos que contienen aulas, salas de conferencias y espacios auxiliares.
Los módulos se colocan en una formación escalonada para facilitar el flujo de aire dentro y alrededor del edificio. Las que contienen las aulas se disponen en torno a un patio rectangular en su centro.
Instituto de Tecnología de Burkina Faso por Kéré Architecture
El complejo cuenta con un entorno con 2.000 árboles de semillero (para insistir en la preservación de la flora local), plantados por los alumnos, para generar un entorno comprometido con el cambio climático, además de una balsa de captación de aguas pluviales, un pozo y la fotovoltaica de la universidad asegurar que el campus sea autosuficiente.
Kéré eligió para los muros hormigón realizado con arcilla local, lo que implica una transferencia de conocimientos, mezclados con su conocimiento de materiales y técnicas de construcción tradicionales, utilizando para otros muros pantallas de madera de eucalipto (importación australiana que está desplazando especies arbóreas autóctonas), cada una 10 centímetros de espesor, que en el caso del BIT son una especie de brise-soleil, uniendo los edificios individuales para formar aproximadamente una comunidad de elementos.
Instituto de Tecnología de Burkina Faso por Kéré Architecture. Fotografía por Jaime Herraiz
Instituto de Tecnología de Burkina Faso por Kéré Architecture. Fotografía por Jaime Herraiz
Descripción del proyecto por Kéré Architecture
Tras una exitosa colaboración con Kéré Architecture en la construcción del Lycée Schorge, el Instituto Stern Stewart decidió expandir su campus con el encargo de una nueva instalación que permitiría a los graduados de secundaria continuar su educación.
El Instituto de Tecnología de Burkina Faso está proyectado utilizando un sistema de módulos repetidos, albergando aulas y funciones auxiliares, dispuestos ortogonalmente para definir un patio rectangular. La disposición ortogonal de los módulos permite que el campus se amplíe gradualmente según sus necesidades. Los módulos están escalonados, lo que permite que el aire fluya a través del vacío central, creando un espacio fresco donde los estudiantes pueden relajarse e interactuar.
Sobre la base de la experiencia adquirida en la Escuela Secundaria Naaba Belem Goumma, las paredes están hechas de arcilla local vertida, moldeada in situ. Este método innovador significó que la construcción se pudo completar en un plazo ajustado, utilizando grandes encofrados que permitieron verter un módulo completo en una sola sesión. Aunque las aulas necesitan aire acondicionado mecánico debido al equipo informático, las paredes de arcilla maciza contribuyen significativamente a enfriar los espacios interiores.
Los perfiles de techo repetitivos crean un ritmo dinámico y forman una chimenea en la parte posterior de cada módulo donde se puede liberar el aire caliente acumulado. Los cielos rasos, hechos de madera de eucalipto local, iluminan los espacios interiores y complementan las paredes de arcilla lisa.
Para crear una sensación de unidad con el resto del campus, los edificios están revestidos con una piel transparente de madera de eucalipto a juego con el Lycée Schorge.
Ubicado en una llanura aluvial, el proyecto incluyó un extenso trabajo de jardinería para proteger los edificios. Durante la temporada de lluvias, el agua se canaliza a un gran tanque subterráneo que luego se usa para regar las extensas plantaciones de mango en el campus.