Philip Johnson hereda de su familia un terreno en New Canaan, Connecticut, Estados Unidos y decide diseñar allí su casa. Junto con Glass House, diseña la Casa de Ladrillo para los invitados y el Pabellón del Lago, de uso recreativo. El emplazamiento, una finca de 190.000 m², estaba oculto al publico por un gran y denso bosque que se encontraba rodeando un estanque cercano. Johnson ubica la casa en la parte alta del terreno para adaptarse y mantener una continuidad visual sin tener que intervenir apenas en la naturaleza existente del lugar.
La casa se separa a propósito de las preocupaciones de Mies va der Rohe por la lógica estructural y anticipa por parte de Johnson las siguientes adaptaciones de la obra de Mies en los años 50. El proyecto que fue muy polémico en su época, alabado y criticado de igual forma, porque muchos lo consideraban un modelo de arquitectura poco confortable mientras que otros encontraban en la transparencia del material, algo innovador por la dialéctica existente entre el espacio interior con el exterior. Los muros ya no contenían sólo el espacio interior sino que contenía el conjunto de ambos mediante la desmaterialización del muro.
Kenneth Frampton comenta en su libro “Historia crítica de la arquitectura moderna” que la casa es un ensayo de mínima estructura, geometría, proporción y efectos de transparencia y reflexión.
La geometría del edificio parte de la idea de un paralelepípedo y gracias al buen trabajo de herrería de acero pintada de negro, hace que la casa forme parte integral de paisaje. Johnson encontró algunas dificultades en la casa, porque los cristales de los muros exteriores se empañaban. Encontró una solución al hacer que la casa tenga ventilación cruzada permanente además de colocar un sistema de extracción en el núcleo rígido de la casa. El mismo problema encontró Mies en la Casa Farnsworth, pero ésta no tiene este tipo de ventilación, por lo que allí si se empañan los cristales.
La estructura, que se apoya básicamente en perfiles de acero, obtiene estabilidad con el cilindro que contiene la chimenea y los baños: único volumen interior del proyecto. En este núcleo central convergen las mayores cargas de la cubierta, generando una eficiente trasmisión de las cargas hacia el suelo.
El interior de la Glass House también es muy similar al de la Casa Farnsworth de Ludwig Mies van der Rohe, un diseño interior simple, de líneas minimalistas. Las vistas definen la jerarquía del espacio interior, dando al salón las vistas más panorámicas y a las estancias más privadas, como la habitación, unas vistas directas a un sector frondoso. El mobiliario de la casa está casi todo diseñado por Philip Johnson, excepto los muebles del salón para el que utilizó los diseñados por Mies van der Rohe.
La casa se separa a propósito de las preocupaciones de Mies va der Rohe por la lógica estructural y anticipa por parte de Johnson las siguientes adaptaciones de la obra de Mies en los años 50. El proyecto que fue muy polémico en su época, alabado y criticado de igual forma, porque muchos lo consideraban un modelo de arquitectura poco confortable mientras que otros encontraban en la transparencia del material, algo innovador por la dialéctica existente entre el espacio interior con el exterior. Los muros ya no contenían sólo el espacio interior sino que contenía el conjunto de ambos mediante la desmaterialización del muro.
Kenneth Frampton comenta en su libro “Historia crítica de la arquitectura moderna” que la casa es un ensayo de mínima estructura, geometría, proporción y efectos de transparencia y reflexión.
La geometría del edificio parte de la idea de un paralelepípedo y gracias al buen trabajo de herrería de acero pintada de negro, hace que la casa forme parte integral de paisaje. Johnson encontró algunas dificultades en la casa, porque los cristales de los muros exteriores se empañaban. Encontró una solución al hacer que la casa tenga ventilación cruzada permanente además de colocar un sistema de extracción en el núcleo rígido de la casa. El mismo problema encontró Mies en la Casa Farnsworth, pero ésta no tiene este tipo de ventilación, por lo que allí si se empañan los cristales.
La estructura, que se apoya básicamente en perfiles de acero, obtiene estabilidad con el cilindro que contiene la chimenea y los baños: único volumen interior del proyecto. En este núcleo central convergen las mayores cargas de la cubierta, generando una eficiente trasmisión de las cargas hacia el suelo.
El interior de la Glass House también es muy similar al de la Casa Farnsworth de Ludwig Mies van der Rohe, un diseño interior simple, de líneas minimalistas. Las vistas definen la jerarquía del espacio interior, dando al salón las vistas más panorámicas y a las estancias más privadas, como la habitación, unas vistas directas a un sector frondoso. El mobiliario de la casa está casi todo diseñado por Philip Johnson, excepto los muebles del salón para el que utilizó los diseñados por Mies van der Rohe.