La intervención de Fernando Giordano y Rafael Lorente transforma un edificio de 1860 en una pieza contemporánea, exponiendo su historia y su evolución a lo largo de los años. A medida que ascendemos por el edificio, las diferentes soluciones estructurales se ponen de manifiesto. Los muros de ladrillo originales y los entrepisos de vigas de madera comparten el espacio con pórticos de metal y bovedillas de hormigón, dando paso al hormigón armado en el tercer piso. Esta nueva intervención, corona la pieza con una estructura de vidrio y metal, una adición ligera y transparente con un claro carácter contemporáneo.
Esta transparencia permite que la cúpula y los contrafuertes de la Catedral entren en el edificio y se fusionen con el espacio interior, y los artistas callejeros y transeúntes que pasan por allí llenan el aire de sonido y música, lo que proporciona un vínculo cercano con el entorno excepcional del edificio.
Descripción del proyecto por Gabriela Pallares
El Museo Gurvich ubicado en la Ciudad Vieja de Montevideo sobre la Peatonal Sarandí frente a la fachada lateral de la Catedral Metropolitana, fue inaugurado en noviembre de 2015 con el fin de promover la obra y la vida del gran artista Lituano-Uruguayo José Gurvich (1927-1974). El Edificio cuenta con 900 m² entre planta baja y 5 plantas altas, de los cuales 600 m² corresponden a un viejo y caótico edificio de 3 niveles, antiguos archivos de la empresa de transportes Cutcsa. Sobre su azotea se incorporaron 2 niveles como espacio de arte contemporáneo.
El edificio original construido hacia 1860 tiene una estructura de muros portantes en cerámica y entrepisos con vigas de madera y ladrillo a la porteña. Hacia 1915 se realiza una modificación en planta baja introduciendo pórticos metálicos y bovedillas de hormigón. Hacia 1940 se agrega un tercer piso utilizando estructura de Hormigón Armado y finalmente en el 2015 el espacio incorporado superior se resuelve en perfilaría metálica, cubierta liviana y cristal, con un carácter netamente contemporáneo.
En el recorrido se suceden distintos niveles, conectados visualmente más o menos abiertamente, cada uno según la identidad dada de la época en que fueron construidos y visibbles según el guión del comisariado realiza el relato de la evolución de la obra. Es un trabajo de "antropología arquitectónica" que devela las distintas técnicas e intervenciones desde mediados del siglo XIX, de las ampliaciones del siglo pasado, cuando era propiedad de la empresa Cutcsa, y la más contemporánea, con el agregado de los últimos niveles. Algunos con bovedilla, otros con hormigón, otros con placas aislantes, etc.
Los muros descubren ladrillos y texturas cálidas, y en otros, superficies lisas que destacan las obras expuestas. Un juego de iluminación natural y artificial colabora en esa sensación de variedad y sorpresa en cada rincón, (incluyendo lucernarios que horadan varios niveles o balcones sobre la peatonal), mérito no menor, en una parcela de tan sólo 7 x 25 mts.
Ese resultado es producto también de decisiones, de "limpiar" el lugar, de intervenciones previas que lo atiborraban de muros y obstáculos que impedían leerlo con la claridad y transparencia adecuada. Algo así como un despejar el camino, pero evidenciando de dónde venimos. Incluso en su nivel superior puede apreciarse la visión directa de la cúpula y contrafuertes de la Catedral que penetran visualmente en el espacio. Todo ello complementado por cierto sonido de fondo de bandas musicales en la zona peatonal y la gente de paso, lo cual le da una vinculación próxima con su entorno también bastante excepcional”