El edificio de la Embajada de México rehabilitado por Rafael Lorente fue construido entre 1850 y 1880 y se sitúa en una zona con gran presencia de edificios patrimoniales puestos en valor, lo que genera un entorno propicio para su renovación y reciclaje. El arquitecto propuso un diseño que segrega el programa en las distintas plantas existentes. La planta baja acoge la sala de exposiciones, mientras que en la primera planta se sitúan las oficinas de la Embajada a las que se accede mediante una entrada independiente. En la segunda planta se ubica la Mediateca con su sala de lectura y depósito, además de la oficina del Agregado Cultural.
El sistema estructural mixto de muros portantes de ladrillo junto con pilares y vigas metálicas en planta baja permite generar un espacio diáfano para cumplir con el programa expositivo, y los entrepisos de madera noble y tejuela cerámica acentúan el carácter del edificio. Los patios junto a la medianera oeste proporcionan luz y ventilación, además de articular a su alrededor las oficinas de la Embajada. El despacho de la Embajadora se ubica jerárquicamente en la fachada principal del edificio, contando con excelente iluminación y un vínculo visual con la calle.
Descripción de proyecto por Rafael Lorente
Las obras de remodelación y reciclaje para la Embajada de México, se realizarán en un edificio situado en la calle 25 de Mayo 514 casi esquina Treinta y Tres, en el corazón de la Ciudad Vieja de Montevideo. Muy próximo a la plaza Matriz, centro histórico de la ciudad con la presencia relevante de edificios tales como el Cabildo, la Catedral, el Club Uruguay, el Ministerio de Obras Publicas, etc. En el área se han construido recientemente edificios como el Centro Cultural de España, la sede central del BID y la Embajada de Chile, entre otros, lo cual permite una inserción natural de este nuevo programa.
El edificio existente fue construído originalmente hacia 1850-1880 con destino comercial en planta baja y vivienda en la planta superior. Consta de una planta baja ocupando la totalidad del predio con tres patios de aire y luz sobre su medianera oeste (385m). Una planta alta también de 385m pero con un amplio espacio libre a modo de gran patio central, hacia el que se vinculan la mayor parte de los locales habitables, y una planta de azotea donde existen construcciones sobre el frente del edificio, dejándose totalmente libre la terraza superior sobre el nivel 1.
La altura promedio de los entrepisos de planta baja y del primer nivel es de cuatro metros, lo cual permite el acondicionamiento de diferentes destinos.
La construcción es en base a gruesos muros portantes de ladrillo visto, combinado en planta baja con una estructura metálica de fundición en el caso de algunos pilares y perfilería en el caso de vigas y otros pilares.
Este tipo constructivo permite en planta baja la necesaria flexibilidad del espacio para acondicionar la gran sala de exposiciones. Los entre pisos están resueltos en base a vigas de maderas nobles, sobre los cuales se han colocado tejuelas cerámicas y los contrapisos existentes. Este sistema le otorga a la construcción un fuerte carácter que la propuesta pretende potenciar. En el caso de las oficinas del primer nivel, la totalidad de ellas se han dispuesto de modo de vincularse directamente con el gran espacio central siendo el mismo fuente de luz y ventilación de todas las actividades de las oficinas de la Embajada. Se ha cubierto este gran espacio con una estructura metálica con cerramiento acristalado en base a termo paneles, para otorgarle el necesario confort visual, térmico, etc.
La oficina de la Embajadora se propone ubicarla jerárquicamente hacia el frente del edificio donde tiene excelente iluminación así como el vínculo visual hacia la calle. Los muros de la gran sala de exposiciones de planta baja irán revocados y enduídos, pintados de blanco, de manera de generar un gran muro expositor apto para todo tipo de muestras y eventos, siendo complementado por un sistema de iluminación adecuada así como de aire acondicionado.
Se propone que este espacio sea lo más diáfano y flexible para permitir la instalación de diferentes exposiciones, eventos, grandes reuniones, etc. Se propone un acceso independiente directo desde la calle 25 de Mayo, y diferente al acceso de las oficinas de la Embajada, ubicadas todas en el primer nivel. En el segundo nivel se ubica la Mediateca, con la correspondiente sala de lectura y depósito de libros, así como la oficina del Agregado Cultural.
Se prevé utilizar la terraza existente de planta alta para realizar exposiciones y paseos al aire libre, visualizando desde allí el gran espacio central del primer nivel. El gran espacio funciona pues como un verdadero corazón del edifico desde el cual es posible visualizar todas las actividades, tanto del Centro Cultural como de la Embajada. Se incorpora en este espacio, una cómoda escalera así como un ascensor transparente para facilitar las comunicaciones en vertical.