Mediante esta intervención, el volumen queda perfectamente integrado en el conjunto gracias al seguimiento de pautas fundamentales para respetar la tipología del proyecto original. Este criterio permitió superponer diferentes acciones, consiguiendo mantener el “Proyecto Arquitectónico Original” a la vez que reconocer el paso del tiempo y las adiciones respetuosas que permiten una lectura de la historia del edificio.
Descripción del proyecto por Junquera Arquitectos
Construido en 1857 como un palacete residencial en la Calle Fortuny 53, a partir de 1903 fue Sede del Instituto Internacional de Boston y Residencia de Señoritas dirigido por Maria de Maeztu.
En 1932 se amplió encargándole el nuevo edificio a Carlos Arniches, que realizó un edificio en el mismo solar bajo los cánones del Movimiento Moderno y en dialogo armónico con el edificio existente.
En 1939, al finalizar la Guerra Civil, fue incautado por el nuevo gobierno de la Dictadura y sus instalaciones se utilizaron como colegio mayor.
Finalmente se convirtió en la Sede de la Fundación Ortega y Gasset que posteriormente se fusiono con la Fundación Marañón convirtiéndose en lo que es hoy día La Sede de la Fundación José Ortega y Gasset - Gregorio Marañón.
En 1977 se acuerda tener incoado expediente para declarar el conjunto como Bien de Interés Cultural.
En los Años 80 se encomendó a los arquitectos Jeronimo Junquera y Estanislao Pérez Pita la Rehabilitación el conjunto: el Palacete, el Edificio Arniches y su Jardín.
El criterio de rehabilitación escogido, fue que pese a cambiar su uso original debía respetarse al máximo las bases generadoras del proyecto, bases que contemplan desde la ordenación del edificio en su entorno, su composición, hasta sus elementos constructivos, volúmenes, escala, detalles, etc.
Esta postura de respeto al máximo lleva consigo la aceptación de que la restauración de un edificio lleva aparejado unas servidumbres en la optimización del reparto de los usos.
Otra alternativa sería restaurar conservando únicamente elementos aislados como la fachada, destruyendo el resto. La restauración telonera bastante extendida.
El respeto al “Proyecto Arquitectónico” frente al “telón” es un equilibrio sutil en la actuación de restauraciones. Para ello hay que evaluar cuales son las pautas fundamentales a respetar para no desvirtuar el proyecto y a continuación actuar sobre el resto. Estas actuaciones deberán plantearse con lenguajes actuales tanto en su diseño como en sus materiales.
Este criterio permitirá en el tiempo superponer diferentes acciones sobre los edificios, siempre consiguiendo mantener el “Proyecto Arquitectónico Original” y permitiendo una lectura en el tiempo de las adiciones respetuosas que nos permitan leer la historia de la vida del edificio.
Las pautas fundamentales a respetar era la tipología del proyecto original.
El eje que ordena el edificio en el solar penetra en el edificio creando una espina central que contiene los elementos comunes del edificio. Acceso, circulaciones (escalera central y un anillo distribuidor) y servicios.
A ambos lados de este eje, se disponen dos grandes crujías, que en diferentes épocas han soportado distintas distribuciones. La composición de los huecos en las fachadas laterales evidencian la voluntad de “nave diáfana” de estas crujías, enfatizado por el ritmo repetitivo y monótono de los huecos, único condicionante para su compartimentación interior.
El resultado formal de ordenación queda reforzado por el planteamiento estructural, totalmente coherente con la ordenación del edificio.
En 2014 la Fundación Ortega Marañón tras 40 años encomendó a Junquera Arquitectos la nueva Rehabilitación del conjunto.
La actuación se desglosó en dos Fases.
- La primera, centrada en la Rehabilitación del palacete y ampliación bajo rasante de una dotación de archivos. Las obras de esta Primera Fase finalizaron en noviembre de 2019 y recientemente se ha inaugurado el edificio.
- La segunda fase, se centra en la Rehabilitación del Jardín, el Edificio Arniches y en una pequeña edificación para dotar a la institución de una Sala Multiusos, que empezará en breve.
FASE I REHABILITACION DEL PALACETE
El éxito de la Fundación Ortega Marañón desde los años 80 hasta hoy ha venido marcada por un incremento de sus fondos en cantidad y calidad que reclaman un incremento de archivos mucho mayor al espacio existente cuando se rehabilitó en los años 80.
Aprovechando que el Palacete se encuentra elevado 1,14m sobre el terreno ajardinado y cuyo perímetro original en su día fue modificado puntualmente, se ha optado por generar un nuevo zócalo ajardinado elevado bajo el cual se genera en bajo rasante los nuevos archivos y algunas dependencias auxiliares.
La otra intervención a señalar es la modificación de todas las instalaciones, las propias de la seguridad frente al incendio y la climatización del conjunto y una red de voz y datos.
El resto del Palacete, Planta Baja, Primera y Segunda mantienen los criterios de Rehabilitación que diseñaron Junquera-Pérez Pita con ajustes puntuales demandados por las normativas y nuevos requisitos funcionales.
Transformar un palacete residencial de la mitad del siglo XIX en un lugar de trabajo y de representación institucional no es tarea fácil si se pretende no distorsionar la tipología original y al mismo tiempo dar respuesta a su nueva funcionalidad muy especialmente la implantación de tecnologías sobre una edificación a la que inexorablemente hay que herir.