Una serie de causas concomitantes permitió el éxito del proyecto, del que se llegó incluso a cambiar su posición tras el concurso. A ello se unió el desarrollo de programas informáticos que permitieron los cálculos de las onduladas formas del diseño de una arquitectura personal, que incorporó nuevas formas y materiales, y tampoco faltó la confianza de unos clientes entregados, con ganas de renovar su ciudad, en quienes generó la confianza para monopolizar el presupuesto cultural de la ciudad. El riesgo fue grande (siempre existió la posibilidad de un ataque terrorista de ETA) y la jugada afortunadamente fue rentable a todos los niveles, tanto urbano, económico, social, de imagen, como políticamente.
El proyecto fue tan aclamado que se acuñó la expresión «efecto Guggenheim» para definir la reconversión de un lugar a través de un único edificio. Un efecto que ha tenido sus seguidores y detractores, con notables réplicas por todo el mundo -sin ir más lejos el hotel firmado para las Bodegas Marqués de Riscal en la Rioja o la sede de la Fundación Louis Vuitton de París- y también con notorios fracasos como el rechazo de los ciudadanos de Helsinki a su construcción o el desarrollo de una nueva sede en las orillas de Manhattan.
Frank Gehry, arquitecto (vía Museo Guggenheim)
Gehry maduró profesionalmente en Los Ángeles al mismo tiempo que un grupo de artistas con quienes compartía ideas, entre ellos Chuck Arnoldi, Larry Bell, Billy Al Bengston, Ron Davis, Robert Irwin, Ed Moses, Ken Price y Ed Ruscha. Mientras que sus primeros mentores en arquitectura fueron Rudolph M. Schindler y Frank Lloyd Wright, las sillas de contrachapado moldeado de Charles y Ray Eames le inspiraron para realizar sus primeros experimentos en el mundo del diseño de muebles. A pesar de que diseñó un buen número de obras destacadas en su primera etapa como arquitecto, no atrajo la atención de los entendidos hasta 1977–78 cuando acometió la reforma de su propia residencia en Santa Mónica, una pequeña casa de madera pintada de rosa de los años 20. Su original idea de abrir la cocina y las zonas de estar al cielo mediante ventanas cúbicas y de construir una casa nueva alrededor de la antigua con pantallas de tela metálica, madera contrachapada y plancha ondulada, le hizo ganarse un lugar único y privilegiado entre sus colegas. Uno de sus primeros clientes fue la Loyola Marymount University para quien inició en 1978 un proyecto que continúa desarrollándose. Se trata de la construcción de un campus para la facultad de derecho de la universidad emplazada en una zona industrial próxima al centro de Los Ángeles. Atendiendo al deseo del cliente de que el diseño incluyera referencias a la tradición clásica, Gehry propuso un conjunto de edificios semejante a una acrópolis en lugar de una gran estructura única. A pesar del escepticismo original con que la facultad recibió el proyecto, el campus ha cosechado un notable éxito, y a menudo se ha comparado con el aclamado campus de Thomas Jefferson de la Universidad Virginia en Charlottesville.
El trabajo de investigación que Gehry ha desarrollado en el ámbito del diseño industrial ha sido complementario a su quehacer arquitectónico. Siempre utilizando materiales atípicos de formas muy innovadoras, creó dos líneas de mobiliario de cartón. Las piezas de la primera serie, denominada Easy Edges (1969–73), destacaron por sus líneas aerodinámicas y su extraordinaria durabilidad, y estaban construidas a partir de gruesas láminas de cartón adheridas unas a otras y comprimidas, alternando la fibra como se hace en la madera contrachapada. Más tarde, los muebles adquirieron un aspecto más escultural en la serie Experimental Edges (1979–82), en la que se empleaba un cartón ondulado más blando y maleable con canales más anchos que iba encolado a mano. A mediados de la década de los ochenta el artista concibió sus divertidas lámparas Pez y Serpiente (1983–86) realizadas con Colorcore, un tipo de laminado de plástico traslúcido que manipuló hasta lograr captar la sensación de movimiento que siempre le ha interesado. Ya a comienzos de los noventa, diseñó su colección de mobiliario Bent Wood (1989–92) para Knoll. Basada en el método utilizado para entretejer las tiras de las cestas, la serie muestra el empleo de largas tiras de madera sin cortes que crean la forma y estructura de soporte de los muebles. Se hicieron más de un centenar de prototipos antes de dar por concluida la serie integrada por cuatro sillas, dos mesas y una otomana. Cada una de las piezas, como Cross Check y High Sticking, recibe el nombre de un término propio del deporte favorito de Gehry: el hockey sobre hielo.
Tras el éxito de la Loyola Law School y otros proyectos como la Casa de invitados Winton (1983–87) de Wayzata, Minnesota, y una retrospectiva que el Walker Art Center de Minneapolis dedicó a su obra en 1986, un proyecto de Gehry ganó un concurso restringido para construir lo que habría de ser su primer gran proyecto en Los Ángeles: el Auditorio Walt Disney (1987 hasta hoy). Consciente de que la acústica lo es todo en un auditorio, diseñó el edificio de dentro hacia fuera. Concibió el espacio interior como una forma cúbica convexa, la revistió enteramente de madera, añadió unas formas en el techo que se asemejan a las velas de un barco y finalmente lo envolvió todo con muros exteriores curvos revestidos de acero inoxidable. El complejo edificio, cuyo diseño es el esfuerzo de varios años, en estos momentos está en proceso de construcción en el corazón de la ciudad de Los Ángeles y conforma, junto con el Dorothy Chandler Pavillion y el Museum of Contemporary Art, un destacado centro cultural.
Defensor a ultranza de la colaboración entre artistas, Gehry ha trabajado con algunos de la talla de Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen en varios proyectos entre los que destacan el Edificio Chiat/Day (1985–91) en Venice, California. También ha colaborado con el escultor Richard Serra en varias ocasiones, entre ellas una propuesta de 1996 para el concurso del Puente del Milenio de Londres promovido por el Financial Times. Recientemente ha participado con el arquitecto David Childs de Skidmore, Owings & Merrill, en la elaboración de una propuesta para el concurso de la sede central del New York Times (2000), así como con su colega francés Jean Nouvel en un proyecto de reurbanización en Praga que todavía no se ha concluido y que es conocido como el Arena Centre (2000 hasta hoy). Al participar y a menudo ser el principal promotor en este tipo de empresas conjuntas, Gehry no está sino expresando su creencia de que la variedad arquitectónica provoca estímulo en los entornos urbanos. Este convencimiento da sus mejores frutos cuando Gehry se une a otros artistas para proyectar complejos formados por varios edificios, tal es el caso de la Fábrica de muebles y Museo de diseño Vitra International (1987–89) de Weil am Rhein, Alemania, proyecto al que contribuyeron con un edificio cada uno Tadao Ando, Nicholas Grimshaw, Zaha Hadid y Alvaro Siza.
Su proyecto más célebre hasta la fecha es el Museo Guggenheim Bilbao (1991–97). Es el edificio que le ha reportado fama internacional y un prestigio del que gozan muy pocos arquitectos hoy día. Al igual que muchas de sus otras obras importantes -el Museo de arte Frederick R. Weisman (1990–93) en la Universidad de Minnesota en Minneapolis, el Edificio Nationale-Nederlanden (1992–96) de Praga y el Experience Music Project (1995–2000) de Seattle- el edificio de Bilbao constituye una especie de puerta de entrada a la ciudad. Enclavado a orillas de la ría del Nervión, el edificio abraza un puente por el que fluye el tráfico que entra y sale de la urbe. Con un amplio abanico de espacios expositivos clásicos y curvilíneos, el Museo ofrece un escenario dinámico para las muestras del Guggenheim y, desde su inauguración en 1997, ha atraído a millones de visitantes a esta ciudad revitalizada del siglo XIX.
Anticipándonos a lo que darán de sí algunos de sus proyectos aún inacabados, el Edificio Peter B. Lewis de la Weatherhead School of Management (1997 hasta hoy) perteneciente a la Case Western Reserve University de Cleveland, Ohio, será un ingenioso edificio que pondrá de manifiesto la dedicación de la Weatherhead School al mundo de Internet. Por su parte, el Performing Arts Center del Bard College (1997 hasta hoy) en Annandale-on-Hudson, Nueva York, promete ser una nueva y vibrante sede para producciones de música, teatro, ópera y danza. Una vez concluido, el diseño que ha propuesto para la construcción del nuevo Museo Guggenheim en Nueva York (1998 hasta hoy) —cuya ubicación está prevista al pie de Wall Street en el East River— infundirá al bajo Manhattan un nuevo soplo de vitalidad artística. Sobre una superficie aproximada de 96.000 m2 destinada a espacio público exterior y un interior de 190.000 m2, el nuevo museo alojará centros de representación para las artes escénicas, la Colección Permanente del Guggenheim, exposiciones temporales, un centro dedicado al arte y a la tecnología, y un lugar destinado a la arquitectura y el diseño.
Además de agrupar bajo un mismo techo casi 40 de las obras más destacadas de este artista Frank Gehry, arquitecto hace un recorrido por la evolución de su lenguaje visual y su proceso de trabajo. Conforme avanza la muestra el visitante va descubriendo los entresijos del desarrollo de muchos de sus proyectos: desde los primeros bocetos esquemáticos y gestuales que auguran las futuras formas, y toda una serie de maquetas correspondientes a los diversos estadios de construcción programados, hasta llegar a las maquetas finales y las fotografías que ilustran las obras ya concluidas. En su planteamiento, la exposición pretende demostrar la estrecha relación que Gehry mantiene con sus clientes, así como los fuertes lazos de trabajo que le unen a muchos de los talentosos miembros de su equipo.