El acceso principal se situa en la misma banda donde deben estar las instalaciones deportivas y desde donde se accede a la carretera principal. Se soluciona mediante una rampa desde la carretera, lo que hace que las vistas hacia el edificio tengan bastante importancia tratándolas como una fachada más.
Este edificio fragmentado se presenta en pequeñas piezas de carácter deformable y reordenable para generar pequeñas calles de acceso al campo y a los edificios, generando una escala amable con el visitante.
Descripción del proyecto por Santos y Mera arquitectos
En Campañó, en la periferia de la ciudad de Pontevedra, se encontraba un campo de futbol de tierra compactada con una edificación para vestuarios en estado ruinoso. La actuación prevista pretendía mejorar el campo realizando un nuevo pavimento de hierba artificial y dotándolo de nuevas instalaciones para vestuarios, aseos, cantina, enfermería, graderío y almacenes, así como nueva iluminación del campo y la urbanización de parte del entorno.
La nueva edificación tenía condicionada su ubicación por la topografía y las afecciones de las líneas de alta tensión que se encuentran en el perímetro de la parcela por lo que, dada su superficie, debía ocupar la práctica totalidad del espacio disponible en la banda este del campo, convirtiéndose en una barrera entre el único acceso posible desde el vial y el campo de futbol. Se plantea entonces un edificio que de manera orgánica juega en volumen para adaptarse a los diferentes espacios funcionales que debe albergar, pero que se fractura para hacerse atravesable. Esta ruptura del volumen inicial en pequeñas piezas especializadas nos permite deformarlas y reordenarlas para generar pequeñas calles de acceso al campo y a los edificios. En estos volúmenes más pequeños, limpios, continuos, la singularidad se encuentra en las zonas de corte donde se concentran los accesos y las entradas de luz.
El acceso en rampa desde el vial a un nivel superior convierte a las cubiertas en una fachada más y como tal se tratan dando continuidad al material de fachada lo que ayuda a entender las edificaciones como parte del único volumen inicial, mientras que las fachadas a las calles interiores se tratan con una malla metálica que resuelve las zonas de huecos y marca las zonas de corte de ese volumen.
Los espacios interiores mantienen la forma exterior de las edificaciones y la pieza de graderío se singulariza vaciándola parcialmente para generar la grada cubierta.
La escala y el volumen de las piezas y conjunto evocan en la distancia a una pequeña aldea al pie del camino de acceso, donde se configura una pequeña plaza desde la que parten las callejuelas que dan acceso a las edificaciones y tienen como fondo el verde del campo.
La solución constructiva adoptada para las cubiertas y fachadas consiste en un tablero composite de acabado de fibras secas de madera de pino y cemento comprimidas a alta presión y temperatura, tipo Viroc, en gris de 16mm de espesor, cortados en planchas de dimensiones 2990 x 615 mm, colocadas sobre rastrel de madera de pino de 40 x 50 mm. tratado para clase de riesgo 4, con tornillos de cabeza de diámetro 16 y protector incoloro para panel al exterior. Entre los rastreles aislamiento de lana de roca colocado por el exterior del cerramiento de cubierta y fachada, de doble densidad, de 50 mm. de espesor, de dimensiones 1200 x 600 x 50 mm. fijado con setas de plástico por disparo directo o taladro, incluyendo una lámina transpirable tipo Tyvek. En el caso de las cubiertas se colocó una membrana impermeabilizante de polibreal aplicada en líquido sobre los forjados con la colocación previa de la perfilería para la subestructura de la fijación de los rastreles de pino.