CrystalZoo concreta la actuación en un edificio moderno, de planta única, que no se levante en altura para no llamar la atención, presentando el programa en espacios trapezoidales que se abren en un extremo al espacio principal y en el opuesto enmarcan vistas de los árboles que le rodean.
Descripción del proyecto.
Procedemos ahora a alejarnos un poco del núcleo de la ciudad de La Nucía, donde las nuevas zonas de crecimiento residencial, alejadas del centro, demandan la creación de espacios públicos que acerquen también los servicios locales a la población. En este contexto, el proyecto para una nueva oficina municipal satélite fue un encargo realizado por la Generalitat Valenciana, con el objetivo de conseguir descentralizar la administración y acercar sus servicios a los ciudadanos. El presupuesto para este proyecto supone una inversión de 253.222 euros que forman parte de un paquete mayor de 3,4 millones destinados por la Generalitat Valenciana al municipio de La Nucía y repartidos en ocho proyectos diferentes.
El proyecto desarrollado para la nueva instalación asume su condición de satélite administrativo y plantea un espacio, en realidad un pabellón representativo, amplio y planteado con la intención de agilizar el encuentro entre administración y ciudadano.
La parcela destinada a ésta nueva instalación pública se encuentra en el área residencial de Bello Horizonte, uno de los nuevos barrios del municipio. Una zona árida, completamente rodeada de viviendas de baja altura, donde el nuevo proyecto completa sus instalaciones públicas con un nuevo jardín y unas pequeñas dotaciones deportivas formadas por un campo de fútbol y baloncesto.
El carácter singular del pabellón viene marcado por la vistosa fachada, donde la cerámica vuelve a ser protagonista, cumpliendo, por un lado, la función de representar al ayuntamiento, y por otro lado, la de llamar la atención del ciudadano. Se trata de una envolvente continua que se extiende al completo por el volumen quebrado del pabellón, recubriendo paramentos verticales y horizontales, es decir, muros y cubierta con un mosaico de baldosas hexagonales de gres esmaltado.
La elección del color acentúa la intención de singularizarse, desplegándose con una vibrante variedad de tonos verdes. Además el color se plantea con la intención de reforzar el entorno más directo del edificio, un terreno con un ligero desnivel, cubierto de hierba, con la idea de evocar el recuerdo de una colina exuberante y llena de vida. La elección de estos colores crea un fuerte contraste con los tonos más ocres del entorno y con claro elegido para marcar el pavimento en torno al pabellón, que, a su vez, es el color imperante en el interior. El proyecto de CrystalZoo busca de esta manera marcar una diferencia con respecto a otros edificios oficiales, intentando crear una arquitectura más cercana, desenfadad y amistosa con los ciudadanos de la zona.
La relación de escalas que el exterior puede dar la impresión de ser un lugar pequeño y pintoresco, la imagen final del espacio interior del pabellón queda lejos de algo así. Se accede al edificio realizado con estructura de hormigón por uno de los brazos que se despliegan hacia el exterior, a modo de vestíbulo, y se llega a un espacio amplio en el que gracias a su irregular planta se pueden apreciar diferentes zonas en cada uno de sus rincones.
La pieza se diseña en una única planta, de 165 m², y está formada por una serie de trapecios dispuestos de una forma desigual, casi en estrella, conectados por su lado de mayor longitud con un espacio central de dimensiones más grandes. La disposición de los trapecios permite la organización radial del interior, de manera que se puede controlar visualmente todo el espacio desde un mismo punto, el puesto de atención al público, detrás del que se encuentra una pequeña oficina para uso interno. Frente al despacho se sitúan unos pequeños aseos y el resto del espacio está dedicado a puestos de lectura con ordenadores, en los que el visitante puede hacer consultas o leer mientras espera su turno para ser atendido.
Al interior los acabados son sencillos, la cara interna de los muros de hormigón está recubierta por un estuco, y en la parte superior están colocadas las luminarias, acentuando la línea de unión entre la cubierta inclinada y los muros, dando la sensación de una mayor amplitud. Esto, junto con el techo y el suelo de hormigón pulido convierten el interior en un espacio luminoso y sencillo, en el que el punto de color lo aportan las estanterías de libros y los ventanales colocados en los extremos de los brazos de la estrella en busca de vistas al paisaje exterior de la parcela.
Texto.- José Juan Barba