Todo el programa alrededor de la pista constituye un basamento, construido con paneles prefabricados de hormigón negro. Sobre este, se desarrolla un deambulatorio, que recorre perimetralmente la pista y la grada, cerrándose hacia la misma con paños acristalados, lo que permite generar un espacio con múltiples posibilidades de uso al aire libre, al mismo tiempo que permite duplicar el aforo en momentos puntuales, bien mediante la colocación de sillas o para espectadores de pie.
Pabellón deportivo municipal en La Rinconada por NGNP arquitectos y MLOPEZ arquitectos. Fotografía por Jesús Granada.
Descripción del proyecto por NGNP architects + MLOPEZ architects
La propuesta nace de preguntarse quién es el cliente en la arquitectura. En un proyecto de esta índole, surgido de la necesidad de dotar a la ciudad de un equipamiento deportivo, debe responderse con la misma honestidad a las necesidades del promotor, que buscaba un edificio barato, como a las de los usuarios, cuyo interés residía en los aspectos para lograr una práctica deportiva satisfactoria y eficiente. Pero también son clientes los espectadores, que requieren condiciones de visibilidad, confort y movimiento adecuados, e incluso cualquier persona que pase por delante, que lo percibe como un hito del desarrollo del pueblo.
Por ello, se plantea un edificio que, desde una propuesta volumétrica sencilla mediante materiales y sistemas prefabricados, pretende dotar al pueblo de un espacio flexible que potencie la relación entre sus vecinos en torno a un evento deportivo, a la vez que convertirlo en un icono, reconocible para cualquiera de sus «clientes». Así, desde la relevancia de su estructura y a partir de la resolución de un programa extremadamente sencillo, el edificio, funcionalmente estático desde el usuario, se transforma en un espacio dinámico de relación entre ciudadanos. Todo ello contrasta con su pureza geométrica, la simplificación de materiales y la austeridad que, conjugados adecuadamente, favorecen la armonía del conjunto.
El programa consta de graderío (fijo y retráctil), vestuarios, oficinas y locales anexos, que se distribuye a lo largo del perímetro de la pista deportiva, adquiriendo ésta un carácter central. El graderío fijo (250 asientos) vuela sobre la pista, de modo que bajo el mismo pueden colocarse los banquillos y alojarse las gradas retráctiles que permiten un aforo adicional de 270 personas. La altura libre interior en la zona de la pista es de 12 metros a cara inferior de cerchas y 14 metros hasta la cubierta. La altura libre de las sedes de asociaciones deportivas, sala de usos múltiples, sala polivalente y almacenes es de 3,70 metros.
Pabellón deportivo municipal en La Rinconada por NGNP arquitectos y MLOPEZ arquitectos. Fotografía por Jesús Granada.
Todo el programa alrededor de la pista constituye un basamento, de carácter estereotómico, construido con paneles prefabricados de hormigón negro, evidenciando la pesadez de estar relleno de programa y, por tanto, su pertenencia a la tierra; en contraste, lo tectónico, lo que se desliga de la tierra, una caja liviana de policarbonato retroiluminado, levita sobre la pista conformando su cubierta. Entre ellos, el vacío, un espacio que intermedia entre ambos conceptos, a medio camino entre lo público y lo privado, lo exterior y lo interior. Un deambulatorio, que recorre perimetralmente la pista y la grada, cerrándose hacia la misma con paños acristalados, nos permite ser espectador desde todo el perímetro exterior. La estructura de la cubierta vuela sobre el deambulatorio permitiendo un espacio al aire libre techado, optimizándose así el canto de las cerchas de la estructura y creándose una protección solar pasiva para los paños acristalados.
Así, como consecuencia de criterios técnicos surge un espacio que el edificio regala al usuario: balcón al entorno urbano y periurbano, pista de calentamiento y estiramientos, zona para clases grupales al aire libre, etc. El deambulatorio constituye una zona con múltiples posibilidades de uso al aire libre, al mismo tiempo que permite duplicar el aforo en momentos puntuales, bien mediante la colocación de sillas o para espectadores de pie.
Así, a partir de esta forma que surge de la estructura, el edificio se presenta como un volumen sencillo, compacto y fragmentado a la vez, una caja cerrada, rasgada de forma quirúrgica, que le permite iluminar, mirar y conectar; en definitiva, respirar. Esta disociación entre lo pesado y lo liviano a partir de piezas prefabricadas conforma un edificio que asumiendo su condición de edificio público lo hace desde la búsqueda de una monumentalidad austera a partir de una relación entre el objeto, el usuario y el entorno.