El exterior es metálico, con un acabado ligero en verde reseda, buscando un contraste deliberado con el entorno construido, y contribuyendo a un compromiso cultural contemporáneo sobre estética y sostenibilidad. La cubierta reutiliza el agua del rocío a través del efecto de pared fría que se produce en el panel sándwich por la noche, para emplearla en el jardín durante el día. Se puede considerar un edificio que hace un uso razonable de los recursos naturales.
La Cuadra por Un Estudio Propio. Fotografía por Alex Lafuente.
Descripción del proyecto por Un Estudio Propio
La Cuadra es un proyecto de artesanía industrializada donde las respuestas técnicas acompañan a la herencia rural del entorno, el respeto ambiental, los oficios locales y la economía real. Es una ampliación del establo original donde la familia guardaba los animales. Sobre el muro original de mampostería encalado de blanco se apoya un volumen nuevo de color verde, duplicando superficie en planta y volumen. Se crea un gran espacio polivalente con una zona concentrada de servicios al fondo (cocina, almacenaje, lavadero, baño y una zona superior para dormir y trabajar).
Ubicada en la zona central de una parcela angosta, tiene un jardín disponible y se conecta con la casa original por un patio. Condiciones que generan una atractiva (y mediterránea) relación de la vivienda con los espacios exteriores. El proyecto añade un porche elevado con una pérgola ligera que será una guía para especies vegetales trepadoras, que completa el listado de espacios exteriores para el disfrute y la relajación.
La Cuadra por Un Estudio Propio. Fotografía por Alex Lafuente.
En el interior, la estructura queda al descubierto, su disposición ramificada verde claro nos conecta con lo vegetal, con lo que intuitivamente nos calma (la cantidad de verdor de un jardín es proporcional a su carácter reparador). El suelo es una tarima realizada con tableros de madera de pino de gran formato que nos permite pasear recorriendo las betas de la madera.
El exterior es metálico, verde reseda y ligero, buscando un contraste deliberado con el entorno construido, y contribuyendo al compromiso cultural contemporáneo sobre estética y sostenibilidad. Unos barreños negros recuperan el agua contenida en el rocío a través del efecto pared fría que produce el panel sándwich de cubierta por la noche, para emplearla en el jardín durante el día. Una estrategia pasiva (sostenibilidad de nuestros abuelos) del uso razonable de nuestros recursos naturales.
Este edificio cuida y acompaña a la familia y a los vecinos. Quiere ser cultura, y quiere hacerlo desde un entorno rural.