El objetivo del proyecto se espera que tenga una capacidad de creación del lugar como casa y teatro urbano para la celebración del carnaval, así como escenario para las prácticas cotidianas de los ciudadanos.
Centro Artístico del Carnaval por José Neves. Fotografía por Paulo Catrica.
Descripción del proyecto por José Neves
El Carnaval se celebra en Portugal desde el siglo XIII, ocupando una posición central en el imaginario colectivo de Torres Vedras. El proyecto del Centro Artístico del Carnaval (CAC) materializa esta referencia colectiva, transformando un matadero en ruinas y una cantera inutilizada, al tiempo que ofrece una plaza a un barrio marginado para establecer una nueva vitalidad cívica y urbana.
Este barrio, situado en la colina de S. Vicente, había crecido en torno a la cantera y el matadero hasta que ambos cerraron y se convirtieron en un fragmento decadente en el límite de la ciudad. Sin embargo, los restos del matadero conservaron su valor iconográfico, que reflejaba la identidad del lugar, y la cantera, que en su día sirvió de pasto para el ganado del matadero, resultó ser una plataforma abrazada por un escarpe, cuyo tamaño, forma y materialidad daban una sensación onírica al lugar.
El antiguo matadero se rehabilitó para que sirviera de entrada principal del CAC, conteniendo salas de exposición y la tienda, directamente relacionada con la calle. Los vestigios de un patio que existía en su núcleo, para la ventilación y el drenaje de la sangre de los animales, se transformaron para convertirse en una escalera circular que, combinada con una gran claraboya, es el punto de partida del recorrido expositivo y el soporte estructural del contenedor principal de la exposición, donde un gran ventanal enmarca la vista del cráter y el paisaje informal de la ciudad.
La antigua plataforma es ahora una plaza urbana cuya forma resulta de la geometría sugerida por la forma del cráter, así matizada por la masa del escarpe en continuidad con la superficie elíptica del nuevo cuerpo que contiene los depósitos visitables iluminados por el cielo, y animada por la presencia de la cafetería y los talleres del museo, abriéndose ampliamente en una galería exterior cubierta.
Sobre todo, se espera que el CAC tenga una capacidad de creación de lugar como casa y teatro urbano para la celebración del Carnaval, así como escenario para las prácticas cotidianas de los ciudadanos, por lo que este barrio volverá a formar parte del espacio y el tiempo de la ciudad.