El proyecto ganador de esta primera edición del Tac! fue el pabellón «Aire», del estudio madrileño P + S Estudio de Arquitectura, dirigido por Francisco Parada y Laura Salvador. El pabellón temporal, que sus creadores definen como un «panteón de arpillera», ya ha acogido este fin de semana ruedas de prensa, mesas redondas y un concierto. Música, jornadas científicas y literarias, conferencias, exposiciones, poesía, talleres o clubes de lectura se darán cita en el pabellón ganador, que permanecerá en la granadina plaza del Humilladero hasta el 14 de noviembre. En sus alrededores se puede visitar la exposición «Arquitectos olvidados».
Estudios de Chile, Dinamarca, China, Alemania y España han participado este año en el concurso. El jurado, presidido por Iñaqui Carnicero, director general de Agenda Urbana y Arquitectura, estuvo formado por Lesley Lokko, Comisaria de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2023; Sol Candela, directora de la Fundación Arquia; Carmen Moreno, profesora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada; Inês Lobo, profesora de la Universidad Autónoma de Lisboa y ISCTE; José Vallejo, Coordinador Cultural del Ayuntamiento de Granada, y Javier Peña, director Artístico del evento.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Imagen Subliminal (Rocío Romero + Miguel de Guzmán) + Javier Callejas.
Un festival joven
Iñaki Carnicero, principal promotor del festival Tac!, cuenta que pasó mucho tiempo lamentando que en España no existieran festivales de arquitectura joven como el Young Architect Program del Moma PS1 de Nueva York; «quería que los arquitectos españoles tuvieran esa oportunidad». El trabajo tradicional del arquitecto ha cambiado, explica, «hoy los arquitectos son agentes sociales, colaboran con otras disciplinas», y hasta «las facultades de arquitectura de nuestro país se están reinventando».
La sociedad también se verá retribuida con iniciativas como esta. Sobre todo si, como asegura Sol Candela, los jovenes son más conscientes de la necesidad de una arquitectura sostenible. Pero también porque estando la arquitectura necesariamente ligada al problema climático, «hay que contar con los jóvenes arquitectos para lo que se hará en las ciudades futuras», al decir de Carnicero.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Pablo Roldan.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Pablo Roldan.
¿Un nuevo perfil de arquitecto?
Se diría que está surgiendo un nuevo tipo de arquitecto. Un profesional que se distingue por una alta conciencia ecológica, la capacidad (y hasta la costumbre) de trabajar con pocos medios, y una visión formal que recuerda al Brutalismo de los años 50, caracterizado por mostrar los elementos constructivos de las edificaciones.
Para muestra, las palabras de Francisco y Laura, ganadores del concurso del Tac! Festival de arquitectura urbana, quienes sostienen que la belleza de un edificio ha de ser «resultado de los materiales» y abogan por «la honestidad del material». Más aún, los arquitectos de P+S evitan cualquier tratamiento del material, que al cambiar naturalmente «introduce en el proyecto la variable tiempo». En efecto, el pabellón «Aire» está formado por un exoesqueleto donde los andamios, que normalmente desaparecen en el proceso constructivo, forman parte del estado final de la obra. En cambio los gestos artísticos del proyecto se reducen al reflejo de los andamios en la arpillera durante el día y al «carácter de hito» o «lámpara» que durante la noche adquiere el recinto.
Un idéntico espíritu «neobrutalista» predomina entre las 23 propuestas que el jurado ha seleccionado de entre los 95 participantes para la Exposición concurso Pabellón Tac!, que se puede visitar en la Escuela Técnica Superior de arquitectura de Granada. La mayor parte de los proyectos recurre a una desnudez material, y solo dos de las ideas seleccionadas («Puerta de Emergencia» y «Big John») usan el color. Curiosamente, el jurado ha valorado un elemento formal: la verticalidad del pabellón ganador, que al decir de Carmen Moreno contrasta con la horizontalidad de las actividades que se celebran habitualmente en la plaza.
Otro rasgo típico del nuevo arquitecto es la preocupación medioambiental. Este sábado, el pabellón fue el escenario de una mesa redonda entre los finalistas del concurso, una charla que en buena medida giró alrededor de la sostenibilidad de las propuestas. Así por ejemplo, los ganadores del concurso tuvieron en cuenta «el impacto de los residuos» y se decidieron por «elementos globales» como los andamios, alquilados a empresas de la zona, y por «elementos locales» como la arpillera, que podrá ser reutilizada, o como las piedras, que volverán a la cantera de Sierra Elvira una vez clausurado el festival.
Entre los finalistas se advierte la misma tendencia: el proyecto «Big John» proponía un recinto formado por una red de sillas plegables que los ciudadanos pueden llevarse, de modo que «el pabellón entre en sus casas». «Puerta de emergencia» plantea un punto de encuentro entre el río Darro, el Genil, la ciudad y La Vega, mientras que «Chopo activo» explora las posibilidades «bioclimáticas» de las choperas. Por su parte, el proyecto «4GU45», merecedor del tercer premio, incorpora la vegetación de La Vega de Granada al espacio urbano para «embosquecer la ciudad» y «vindica el paisaje agrícola». Los árboles utilizados para el pabellón, aclararon los autores, serían replantados. También «La casa del aire», segundo premio, utiliza material reciclado.
Crecido en medio de crisis económicas, ecológicas y sociales, el arquitecto de hoy es un economizador nato. Y ello hasta el punto de que el pabellón galardonado en esta primera edición de Tac! es un canto al ahorro: según P+S el montaje apenas tardó unos días y en él participaron 14 personas; la arpillera fue cosida por costureras de Granada, mientras que las piedras son «prestadas».
Estudios de Chile, Dinamarca, China, Alemania y España han participado este año en el concurso. El jurado, presidido por Iñaqui Carnicero, director general de Agenda Urbana y Arquitectura, estuvo formado por Lesley Lokko, Comisaria de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2023; Sol Candela, directora de la Fundación Arquia; Carmen Moreno, profesora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada; Inês Lobo, profesora de la Universidad Autónoma de Lisboa y ISCTE; José Vallejo, Coordinador Cultural del Ayuntamiento de Granada, y Javier Peña, director Artístico del evento.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Imagen Subliminal (Rocío Romero + Miguel de Guzmán) + Javier Callejas.
Un festival joven
Iñaki Carnicero, principal promotor del festival Tac!, cuenta que pasó mucho tiempo lamentando que en España no existieran festivales de arquitectura joven como el Young Architect Program del Moma PS1 de Nueva York; «quería que los arquitectos españoles tuvieran esa oportunidad». El trabajo tradicional del arquitecto ha cambiado, explica, «hoy los arquitectos son agentes sociales, colaboran con otras disciplinas», y hasta «las facultades de arquitectura de nuestro país se están reinventando».
La sociedad también se verá retribuida con iniciativas como esta. Sobre todo si, como asegura Sol Candela, los jovenes son más conscientes de la necesidad de una arquitectura sostenible. Pero también porque estando la arquitectura necesariamente ligada al problema climático, «hay que contar con los jóvenes arquitectos para lo que se hará en las ciudades futuras», al decir de Carnicero.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Pablo Roldan.
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Pablo Roldan.
¿Un nuevo perfil de arquitecto?
Se diría que está surgiendo un nuevo tipo de arquitecto. Un profesional que se distingue por una alta conciencia ecológica, la capacidad (y hasta la costumbre) de trabajar con pocos medios, y una visión formal que recuerda al Brutalismo de los años 50, caracterizado por mostrar los elementos constructivos de las edificaciones.
Para muestra, las palabras de Francisco y Laura, ganadores del concurso del Tac! Festival de arquitectura urbana, quienes sostienen que la belleza de un edificio ha de ser «resultado de los materiales» y abogan por «la honestidad del material». Más aún, los arquitectos de P+S evitan cualquier tratamiento del material, que al cambiar naturalmente «introduce en el proyecto la variable tiempo». En efecto, el pabellón «Aire» está formado por un exoesqueleto donde los andamios, que normalmente desaparecen en el proceso constructivo, forman parte del estado final de la obra. En cambio los gestos artísticos del proyecto se reducen al reflejo de los andamios en la arpillera durante el día y al «carácter de hito» o «lámpara» que durante la noche adquiere el recinto.
Un idéntico espíritu «neobrutalista» predomina entre las 23 propuestas que el jurado ha seleccionado de entre los 95 participantes para la Exposición concurso Pabellón Tac!, que se puede visitar en la Escuela Técnica Superior de arquitectura de Granada. La mayor parte de los proyectos recurre a una desnudez material, y solo dos de las ideas seleccionadas («Puerta de Emergencia» y «Big John») usan el color. Curiosamente, el jurado ha valorado un elemento formal: la verticalidad del pabellón ganador, que al decir de Carmen Moreno contrasta con la horizontalidad de las actividades que se celebran habitualmente en la plaza.
Otro rasgo típico del nuevo arquitecto es la preocupación medioambiental. Este sábado, el pabellón fue el escenario de una mesa redonda entre los finalistas del concurso, una charla que en buena medida giró alrededor de la sostenibilidad de las propuestas. Así por ejemplo, los ganadores del concurso tuvieron en cuenta «el impacto de los residuos» y se decidieron por «elementos globales» como los andamios, alquilados a empresas de la zona, y por «elementos locales» como la arpillera, que podrá ser reutilizada, o como las piedras, que volverán a la cantera de Sierra Elvira una vez clausurado el festival.
Entre los finalistas se advierte la misma tendencia: el proyecto «Big John» proponía un recinto formado por una red de sillas plegables que los ciudadanos pueden llevarse, de modo que «el pabellón entre en sus casas». «Puerta de emergencia» plantea un punto de encuentro entre el río Darro, el Genil, la ciudad y La Vega, mientras que «Chopo activo» explora las posibilidades «bioclimáticas» de las choperas. Por su parte, el proyecto «4GU45», merecedor del tercer premio, incorpora la vegetación de La Vega de Granada al espacio urbano para «embosquecer la ciudad» y «vindica el paisaje agrícola». Los árboles utilizados para el pabellón, aclararon los autores, serían replantados. También «La casa del aire», segundo premio, utiliza material reciclado.
Crecido en medio de crisis económicas, ecológicas y sociales, el arquitecto de hoy es un economizador nato. Y ello hasta el punto de que el pabellón galardonado en esta primera edición de Tac! es un canto al ahorro: según P+S el montaje apenas tardó unos días y en él participaron 14 personas; la arpillera fue cosida por costureras de Granada, mientras que las piedras son «prestadas».
Los ganadores insistieron en que «se puede hacer mucho con poco en arquitectura».
Pabellón «AIRE» por P + S Estudio de Arquitectura. Fotografía por Imagen Subliminal (Rocío Romero + Miguel de Guzmán) + Javier Callejas.
Este nuevo rol del arquitecto aparece marcado también por una cierta predisposición a la «humildad». En el debate del sábado, los autores de «4GU45» afirmaron que «más que un edificio, queríamos hacer una intervención, diluir el proyecto». Durante la charla se habló de las posibilidades de no-intervención del arquitecto, y se recordó al estudio francés Lacaton & Vassal, que en 1996 recomendó evitar cualquier intervención en la Plaza Léon Aucoc de Burdeos.
Lo imperfecto, lo inacabado, lo precario, incluso lo contingente, parecen lógicos en una arquitectura condenada a un mundo marcado por la escasez de recursos. Los arquitectos de P+S no quisieron pintar los andamios para «mantener la belleza de lo imperfecto». Además, su proyecto busca «abrir la arquitectura a lo indeterminado, a la apropiación espontánea, al azar». El nombre del pabellón («Aire»), remarca el «aire contenido» que es toda edificación, y materializa «una idea de lo frágil». Espacios tan precarios y nómadas como el circo o la Jaima, formaron parte de la investigación de la pareja de arquitectos.
Lo sostenible como innovación
Es sabido que el afán de experimentación ha sido fundamental en la arquitectura de Occidente. Baste mencionar experiencias como las de Le Corbusier, Sant’Elia, la Bauhaus, la arquitectura deconstruida de un Peter Einsenman e incluso planteamientos tan audaces como los de Hundertwasser, defensor del «derecho de ventana».
¿Está todo inventado? A ésta pregunta responde Iñaki Carnicero que «lo que permite innovar es que la sociedad cambia», y que eso cambios «producen soluciones distintas: hoy, por ejemplo, se habla del ciclo de vida de los materiales». De acuerdo con esto, la sensibilidad hacia el clima vendría a ser una estrategia de innovación en el campo de la arquitectura.
En cualquier experimentación la exploración juega un papel importante. Todo indica que esto también se ha tenido en cuenta en el Tac!, festival de arquitectura urbana, empezando por el estudio ganador, que entiende el ejercicio de la arquitectura como un «proceso de investigación continuo», y pasando por el concurso, que según Sol Candela busca que «la ciudad sea un aula». Quedémonos, pues, con esa arquitectura que tiene la vocación de ser un campo de aprendizaje tan valioso para los ciudadanos como para los arquitectos.