Es un alegato, además, contra las medias tintas, y trata de temas que subyacen en el hombre en todos los tiempos. Pocas partes tan duras en la Biblia como cuando dice: “Porque eres tibio, ni frio ni calor, te vomitaré de mi boca”. Pues en la película, los empresarios quieren que la pureza del volumen limpio de cristal que propone el arquitecto se disfrace con partes clásicas, y para convencerle le pide que siga el “main course” la corriente central (hoy diría “mainstream”), lo que a la gente le gusta... En nuestros días, la corriente principal es “la participación ciudadana”, el disolver la voluntad individual en el equipo, el “háztelo tu mismo”. Hoy hasta los médicos tienen que escuchar lo que les dice internet a través de sus pacientes...
Ortega decía que la novedad “araña nuestros ojos”, y eso es lo que le interesa a Rand, así habla de los que copian como second handers o “de segunda mano” y más dura aun cuando separa los hombres, en boca de Roark, en “Creadores y Parásitos”, haciendo ver que solo vale la pena lo que es novedad.
Cada vez que veo esta película encuentro nuevas cosas. El otro día vi como Howard Roark, mientras los constructores insisten en las cosas buenas (económicas), que el hacer esa obra le reportara, dudaba al tirar por tierra su obra para no contaminarla (lo cual me pareció una debilidad que no había advertido antes).
Pero él prefiere trabajar en una cantera, adonde cabalgando se acerca Patricia Neal/ Dominique Franҁon, antes que traicionar su arte. En las relaciones hombre/mujer siempre que vemos películas de esta época habría mucho que decir, al ver como Gary Cooper tira por el suelo a la protagonista en su habitación... ( y no vamos a hablar de Un Hombre Tranquilo, o de La Dolce Vita, con esa violencia machista evidente también). ¡Qué no viviría una mujer como Aynd Rand!, con su infancia en la sinagoga de San Petersburgo y su traslado, nada menos que a la California de la primera mitad del s. XX, la de las Case Study Houses.
Ortega decía que la novedad “araña nuestros ojos”, y eso es lo que le interesa a Rand, así habla de los que copian como second handers o “de segunda mano” y más dura aun cuando separa los hombres, en boca de Roark, en “Creadores y Parásitos”, haciendo ver que solo vale la pena lo que es novedad.
Cada vez que veo esta película encuentro nuevas cosas. El otro día vi como Howard Roark, mientras los constructores insisten en las cosas buenas (económicas), que el hacer esa obra le reportara, dudaba al tirar por tierra su obra para no contaminarla (lo cual me pareció una debilidad que no había advertido antes).
Pero él prefiere trabajar en una cantera, adonde cabalgando se acerca Patricia Neal/ Dominique Franҁon, antes que traicionar su arte. En las relaciones hombre/mujer siempre que vemos películas de esta época habría mucho que decir, al ver como Gary Cooper tira por el suelo a la protagonista en su habitación... ( y no vamos a hablar de Un Hombre Tranquilo, o de La Dolce Vita, con esa violencia machista evidente también). ¡Qué no viviría una mujer como Aynd Rand!, con su infancia en la sinagoga de San Petersburgo y su traslado, nada menos que a la California de la primera mitad del s. XX, la de las Case Study Houses.
Casa Von Sternberg por Richard Neutra (1935). Fotografía por J. Paul Getty Trust. Getty Research Institute, Los Ángeles (2004.R.10)
La escritora, y esto es muy importante, vivía desde 1940 en la casa Von Stenberg de Richard Neutra, que es una joya del movimiento moderno en California (demolida). Precisamente el libro de Aynd Rand aparece en el 1943, el año que muere en Beverly Hills Rachmaninov. Stravinski también salió de San Petersburgo para morir en Nueva York... Y muchos arquitectos centroeuropeos, como el mismo Neutra, Mies, Gropius, Schindler se trasladaron a los Estados Unidos.
El personaje de Gayl Winand es también increíble, el propietario del periódico de gran difusión que (en el libro) contrata a escultores brillantes y les da grandes sumas por hacer huchas de cerditos, o a escritores talentosos y les da, muy bien remunerados, la columna de cocina... Probando así, hasta que llega Roark, lo que ahora llamaríamos resiliencia de un artista: ver hasta donde dura antes de ser doblado por la vida. Y luego Winand tiene su magnífica colección privada para solo ver él.
Fco. Javier Sáenz de Oiza, y la maqueta del Centro Cultural Alhóndiga, Bilbao, 1988. Vellés, Javier, "Oíza", Puente Editores 2018. p.357
Saenz de Oiza, egotista donde los haya, arquitecto Premio Príncipe de Asturias, que por cierto fue fotografiado con una maqueta que recuerda a la de Howard Roark en la película, decía que con los grandes estudios pasa como con la leche, que cuando vas a un pueblo y te bebes un vaso directamente de la vaca sabes que estás bebiendo leche, pero cuando la bebes en un envase no sabes de donde viene, bebes entonces “promedio de leche”.
Al final uno piensa en nuestros días y como vemos, también hablando de cocina, en Master Chef a cantantes de ópera, en Sálvame a toreros (es decir señores que se juegan la vida frente a un toro), a arquitectos promocionados por Bertín, a inmunólogos en bicicleta con Calleja...y, por todos lados, periodismo de Jacuzzi, en vez de J´accuse. ¿Dónde? ¿Cuándo fue cuando nos perdimos? Cuándo nos separamos tanto del claro y puro manantial, que ya río se enturbió y acabó por anegarlo todo.