La intervención se caracteriza por un interesante techo acústico para el auditorio. Un elemento ondulado que no solo mejora la reverberación, sino que genera una imagen elegante, casi nórdica del interior.
En el exterior se ha realizado una recuperación y mejora de parte la muralla islámica y el adarve que delimitaba su alcázar.
Descripción del proyecto por LAP arquitectos
Intervenir sobre un edificio existente y un entorno cargado de historia implica de forma inevitable un posicionamiento de cómo se entiende la intervención sobre el patrimonio y su impacto en el entorno. Enclavado en el corazón de la judería, a escasos metros de la Mezquita‐Catedral de Córdoba, el Palacio de Congresos de Córdoba, con origen en el antiguo Hospital de San Sebastián de Hernán Ruíz I del S. XVI, ha supuesto la búsqueda de una estrategia capaz de aportar una nueva capa o estrato a un edificio que ha sufrido múltiples intervenciones a lo largo de su vida y que implicara una actuación poco invasiva, con intervenciones puntuales que, a modo de acupuntura, fuera capaz de eliminar añadidos, poner en valor elementos ocultos y crear una atmósfera cálida y acogedora que permitiera, con un lenguaje contemporáneo, incorporar las necesidades técnicas de un espacio congresual novedoso y flexible al tiempo que se establecía un dialogo con las preexistencias.
El complejo comprende una tipología tradicional basada en una secuencia de patios que articulan el conjunto, accediendo por la antigua capilla del Hospital, y atravesando el patio mudéjar original, se llega al segundo patio que vertebra la intervención de rehabilitación y renovación de los distintos espacios. Dicho patio, estucado en blanco y cubierto por unas costillas ligeras que recortan el cielo, constituye un nuevo vestíbulo de entrada a la sala principal del Palacio de Congresos, conformando un nuevo espacio neutro de transición y espera. Cerrando la secuencia espacial de llenos y vacíos nos encontramos el último gran patio que conecta con el adarve y recoge la tradición de patio vernáculo, fresco y lleno de vegetación, que permite una perspectiva amplia de la muralla del antiguo Alcázar Andalusí y su triple arquería.
El salón de actos, completamente renovado, está dotado de un nuevo suelo técnico que, salvando las barreras arquitectónicas existentes, alberga instalaciones y permite escamotear parte de las butacas de la sala. La historia y la singularidad del entorno inmediato se cuelan dentro de la sala mediante un gran ventanal, al fondo del estrado, que permite disfrutar de un fragmento del adarve y la muralla, restaurada y puesta en valor.
Los laterales blancos, geométricos y rígidos de la sala, formados por una suerte de celosías acústicas, contrastan con un techo más expresivo, ligero y ondulado como una sábana, albergando buena parte de las instalaciones, y que termina extendiéndose en el frontal, el suelo y la trasera de la sala, tan sólo interrumpido para alojar una iluminación escénica sobre el estrado.
Para dar respuesta a la enorme variedad de usos que demandan este tipo de espacios, se ha configurado como un espacio de enorme flexibilidad, dotándolo, además de las butacas escamoteables, de tabique móvil que permite dividir la sala bajo el antiteatro, sistemas de butacas que se desplazan sobre raíles y quedan ocultas tras pantallas de proyección o sistemas de oscurecimiento de la sala que nos permiten un correcto uso de los dispositivos audiovisuales.