El proyecto realizado por Arrokabe Arquitectos mantiene todos los elementos originales, exceptuando la cubierta de una intervención anterior. Recuperan la cubierta original a un agua y proveen al edificio de dos accesos, uno en planta baja a través del parque y otro por la primera planta a través de una pasarela/mirador por el paseo. El interior se caracteriza por el uso de paneles de madera mediante volúmenes que van componiendo el escaso programa solicitado. Así la escalera se compone de dos volúmenes de madera que enfatizan en la idea de edificio inacabado en la que los arquitectos querían hacer hincapié.
Descripción del proyecto por Arrokabe arquitectos:
El encargo se centraba en la rehabilitación de un antiguo secadero que formaba parte de una curtiduría, situada en los terrenos del actual parque de Belvís. Se trataba de resolver un equipamiento cultural con un programa muy abierto; la intervención buscaba poner en valor una edificación catalogada disponiendo de espacios multifuncionales para exposiciones, reuniones, salas de conciertos, proyecciones, etc.
Del edificio original quedaban los muros de mampostería protegidos por una cubierta provisional, a un agua, de placas de fibrocemento ondulado. Se había modificado el terreno adyacente a la fachada norte con objeto de resolver las circulaciones necesarias. El cierre de mampostería que continuaba la fachada sur había sido derruido parcialmente y también el remate de la fachada norte; ambos habían sido estabilizados y coronados con mampostería granítica. En el límite oeste había desaparecido el cerramiento original, y en su lugar habían construido un tabique de fábrica de ladrillo. Los grandes huecos de la fachada norte, característicos de este tipo de edificaciones por estrategias de ventilación, también estaban tapiados.
La propuesta recupera el volumen de la cubierta original, a dos aguas, apoyándose en las trazas que marcaban las lajas que resolvían el encuentro de la misma con el muro testero. No se llega a reconstruir el volumen completo, enfatizando así el carácter de pieza inacabada abierta al parque. Para las cotas de piso se adoptan como válidas las que marcan los accesos originales y las huellas de apoyo de la estructura de piso.
Se recupera, en parte, la topografía original en la fachada norte con objeto de facilitar, ahora, la accesibilidad y la habitabilidad del edificio. Los huecos tapiados de esta fachada son ocupados, en el nuevo proyecto, por unas cajas de madera que se proyectan hacia el exterior. A éstas se accede desde una plataforma que se instala como un mirador dentro del parque. Esta disposición permite una permeabilidad que establece una relación directa del edificio con el exterior y sugiere diversas posibilidades de uso. En el límite oeste se desecha la opción de reconstruir o completar la fábrica granítica. Un cerramiento de madera y vidrio acoge la escalera, un gran hueco acristalado en planta alta y el acceso de planta baja. Estos elementos se organizan en distintos planos manteniendo la sensación de construcción inacabada y enfatizando su permeabilidad y direccionalidad.