El proyecto busca la integración con el entorno y con el emplazamiento, por lo que los arquitectos eludieron construir un objeto singular, para evitar la confrontación con la residencia estilo Tudor emblema de la finca.
El proyecto se instala en las trazas y volúmenes de la parte sur de la finca que completa, realizando un conjunto con cubiertas a dos aguas cuya altura de cumbrera y dimensiones no superan las del château.
Se utilizan los materiales de la zona: tierra, piedra caliza y madera pintada de rojo oscuro, obtenida mediante un óxido de hierro también utilizado en las franjas rojas de los muros de tapial. Para establecer un diálogo equilibrado entre las partes antiguas y nuevas la fachada principal que hace esquina con la bodega es un muro largo y alto de tapial con un zocalo alto realizado con gruesos bloques de piedra caliza que lo protegen de las humedades por capilaridad, ayudado por un gran alero con un canalón de Le Havre hecho de cobre reciclado.
Nuevo Château Cantenac Brown por Philippe Madec. Fotografía por Luc Boegly.
Nuevo Château Cantenac Brown por Philippe Madec. Fotografía por Luc Boegly.
Descripción del proyecto por Philippe Madec (apm) & associés
Un castillo escocés en Margaux
Cantenac Brown, un grand cru clasificado de 1855, se encuentra en Margaux, Francia, cerca de Burdeos. El emblema de esta bodega es su espectacular castillo de estilo Tudor construido por un escocés, John Lewis Brown, hace 200 años y único en esta región. Tras la adquisición del Château Cantenac Brown por parte de su familia en 2019, Tristan Le Lous se convirtió en el custodio de este patrimonio, prometiendo salvaguardar los altos estándares y la calidad de la propiedad. En 2020, el arquitecto Philippe Madec, destacado arquitecto y pionero de la ecoconstrucción, fue elegido para diseñar una bodega construida con tierra cruda y madera maciza sin tratar, superando los límites de las prácticas medioambientalmente responsables actuales.
Posición arquitectónica
El proyecto apuntaba a una renovación energéticamente eficiente: trabajar con lo que ya estaba allí, sin perturbar el sitio ni competir con el castillo Tudor. La reestructuración completa los volúmenes de la parte sur del dominio, compuesta por un hotel construido por Axa en los años 1990 y antiguas dependencias de épocas anteriores.
Una sala de vendimias alberga la obra y recibe a los visitantes bajo una enorme estructura de madera moldeada y pintada de rojo (pintura a base de harina). Una puerta cochera abovedada se abre a la sala de cubas, un vasto espacio de dos niveles dedicado a un proceso de vinificación totalmente por gravedad. La luz natural está presente en toda la profundidad del espacio gracias a un cuidado diseño de pliegues y aristas de la cubierta, a la que se accede discurriendo por el muro de tierra apisonada, y al lugar de sombra donde el vino envejece lentamente en barricas de madera. La alta bóveda de madera maciza moldeada se apoya sobre compases de acero.
Nuevo Château Cantenac Brown por Philippe Madec. Fotografía por Luc Boegly.
El proyecto arquitectónico es un modelo de construcción eco-responsable. Las paredes del sótano, construidas íntegramente con tierra cruda de un metro de espesor, proporcionan una inercia térmica óptima. La tierra es también el único material de construcción que regula de forma natural la humedad ambiental. El poder de la tierra ofrece así el ambiente perfecto, en términos de temperatura y humedad, para la estabilidad y crianza de los vinos en barrica sin necesidad de consumo energético.
Este proyecto de bodega bioclimática y energéticamente eficiente también participa en el desarrollo de los sectores de materiales de origen biológico y geológico: madera maciza, piedra y tierra bruta.
Nuevo Château Cantenac Brown por Philippe Madec. Fotografía por Luc Boegly.
Eco-responsabilidad social
Este proyecto responde plenamente a todos los compromisos de mayor responsabilidad ambiental basado en tres pilares: la economía, el medio ambiente y la sociedad. Cantenac Brown se ha dotado de la mayor nave de vendimia jamás construida en la región de Burdeos. Esta zona cubierta, en el corazón de la nueva construcción, está estratégicamente situada entre la sala de cubas y la bodega y protege a los vendimiadores de las temperaturas cada vez más altas del verano. La casa de las cubas, el espacio para el trabajo diario, está bañada por luz natural y abierta al parque del dominio. El aislamiento periférico, de excepcional calidad, ofrece un confort estable a los usuarios diarios, tanto en invierno como en verano, sin calefacción ni aire acondicionado. Finalmente, la casa de cubas y la sala se sitúan en la planta baja siguiendo una planta compacta, simplificando al máximo el flujo de trabajo y el recorrido de la uva.