Descripción del proyecto por Galería Guillermo de Osma
Charles-Édouard Jeanneret (Chaux-de-fonds, Suiza, 1887 – Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1965), más conocido como Le Corbusier, fue un creador polifacético que fomentó el diálogo entre disciplinas muy diferentes, manteniendo en todo momento un carácter discursivo intenso, rico y relevante tanto para el mundo del arte en general como para la arquitectura en particular. Fue arquitecto, urbanista, inventor, diseñador, filósofo, escritor, poeta, agitador, polemista, promotor y también pintor.
“Le Corbusier. Arte y Diseño”, que se puede visitar en la Galería Guillermo de Osma hasta el próximo 23 de marzo propone precisamente un recorrido por su producción pictórica y pretende no sólo analizar sus principales características, sino también destacar su importancia, ya que tanto el dibujo como la pintura fueron elementos cruciales en su carrera profesional. Con este objetivo, la muestra presenta más de veinte obras entre pinturas, dibujos y collages, que recorren los últimos 30 años de la vida del artista.
Siguiendo la tradición familiar dentro de la industria relojera, Le Corbusier se formó como grabador. Sin embargo desde muy pronto destacó entre sus compañeros de escuela y siguiendo las sugerencias de sus profesores, continuó su formación con estudios de pintura y después de arquitectura. Su carrera como arquitecto y urbanista ha recibido un reconocimiento unánime, pero al mismo tiempo su vertiente artística, ya sea como pintor o ensayista, fue de gran importancia ya desde los años 20, en sus colaboraciones con Amédée Ozenfant en la revista L’Esprit Noveau y la elaboración del lenguaje plástico conocido como el Purismo. Le Corbusier compaginó a lo largo de toda su vida su actividad como arquitecto con la de artista con el mismo interés y dedicación, así como la de diseñador de muebles, algunos de los cuales estarán presentes en la exposición.
Así, la intención de la muestra es presentar una imagen sintética pero clara de su aportación en el terreno estrictamente pictórico y de cómo, a partir de finales de los años 20, interpreta la figura ‘humana’, en especial el cuerpo de la mujer.
Cabe destacar que, para Le Corbusier, la pintura y su taller eran una especie de laboratorio plástico secreto que completaba su visión científica de la sociedad y lo empapaba de un cierto aire poético. Esta exposición muestra a un artista seducido por la naturaleza y la metamorfosis y fruto de esta seducción establece relaciones entre las formas artificiales –las que inmortalizó en las composiciones ‘puristas’ a partir de 1918– y la figura humana. En definitiva, una consecuencia más de la visión antropomórfica de su entorno que terminó traduciéndose en su sistema de proporciones conocido como Modulor (1948).
Las obras seleccionadas ejemplifican cómo el estudio de la naturaleza y la figura humana desencadena un significativo interés por una serie de derivadas formales que llevan a deformaciones compositivas, superposiciones figurativas y combinaciones estilísticas todas ellas extraordinarias. De hecho, estas experimentaciones ayudarán a Le Corbusier a ensanchar su vocabulario temático a partir de unas mutaciones que
“muestran la contaminación figurativa que deriva de la naturaleza muerta al toro y de éste a la mujer o viceversa”, tal y como explica la arquitecta y doctora en Teoría e Historia de la Arquitectura, Marisa García Vergara, en su texto del catálogo.
Esta exposición nos presenta un creador de formas excepcionales que, más allá de su constante trabajo en acercar armónicamente la arquitectura a la civilización industrial, también propuso una nueva manera de ver el arte trabajando siempre desde el conocimiento interdisciplinar propio de un carácter inquisitivo, curioso y humanista.
Junto a las obras de arte se presentarán algunos de los muebles originales de la época que Le Corbusier comenzó a diseñar junto a Pierre Jeanneret y Charlotte Perriad a partir de 1925. En este sentido destacan el Fauteuil B (1928), la Siège à dossier basculant Mob. B 301 (1928-29), o los muebles del Apartamento del Pavillon Suisse de 1933.
Con motivo de la exposición se ha publicado un catálogo con texto de Marisa García Vergara, en el que se han reproducido todas las piezas seleccionadas para la muestra.