La Maison La Roche-Jeanneret, fue nombrada junto a otras diecisiete obras de Le Corbusier,
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y pertenece a la serie de casas "puristas" construidas por Le Corbusier en París a mediados de la década de 1920, que culminaron en 1930 con
La Ville Savoye. Este proyecto, además de formar las bases de los
"Cinco Puntos de la arquitectura moderna” con la construcción de la casa Besnus y el estudio Ozenfant, introduce la
“promenade architecturale".
Al principio,
Le Corbusier y su primo, fueron encargados de construir un gran conjunto arquitectónico para el callejón donde se sitúan las casas, sin embargo, después de varias consideraciones, los dos socios desarrollaron un proyecto para las dos casas vecinas, cada una con un programa diferente. La primera casa fue para su hermano Albert, una casa articulada para una familia con niños, mientras que la maison La Roche, está destinada a un solo propietario con una colección de pinturas.Esta última tenia que acomodar tanto el apartamento privado, reservado para el uso de actividades domésticas, y el espacio de exposición para la colección de arte y la biblioteca, diseñada para albergar la importante colección de pinturas y esculturas.
El par de casas pareadas diseñadas en 1923 por
Le Corbusier y su primo Pierre Jeanneret, marcan un hito en la reflexión arquitectónica de Le Corbusier. Éstas se completaron en 1925, con muchos de los elementos que Le Corbusier consideró necesarios en la arquitectura moderna, convirtiéndose en un testimonio emblemático del Movimiento Moderno y un precedente enormemente influyente en la Villa Savoye en Poissy (1928).
La Maison La Roche-Jeanneret se encuentra al final del callejón Doctor Blanche en el distrito XVI de París, en un barrio en ese momento, en pleno acondicionamiento. En 1927, con el uso de nuevos materiales para la construcción como el hormigón armado, Le Corbusier comienza a aplicar los mencionados
"Cinco Puntos de la Arquitectura Moderna”: la fachada libre, el piso libre, la ventana horizontal, el jardín de la azotea y Los pilotis.
Compuesto por dos bloques blancos unidos para crear la planta en forma de L, el apartamento de Raoul La Roche está dispuesto en línea con la casa adosada de Jeanneret, mientras que la galería es perpendicular al callejón Doctor Blanche y visible desde él. Esta casa va a convertirse en una representante de las ideas desarrolladas por Le Corbusier en los años veinte. Carente de todo tipo de ornamento y formada por formas geométricas simples, ésta va a formar parte del fruto de un nuevo lenguaje arquitectónico que establece la ruptura con las condiciones estéticas académicas inscritas en el Movimiento Moderno.
Los cinco elementos utilizados por Le Corbusier, y que más tarde se nombrarían como los cinco puntos de arquitectura necesarios para el Movimiento Moderno, se encuentran todos introducidos en la casa La Roche-Jeanneret.
Los pilotos de la planta baja liberan el espacio, en contraste con el volumen de la galería. Este dispositivo arquitectónico libera el movimiento de los visitantes bajo el edificio y permite la creación del jardín.
El uso de estos pilotis permiten liberar los muros de carga y tener grandes superficies de vidrio en las fachadas. De este modo, las
ventanas horizontales sustituyen a las verticales utilizadas hasta ahora, creando en la casa de La Roche-Jeanneret una línea continua de ventanas que conectan ambas casas y permiten que penetre profundamente la luz en la vivienda uniendo así el exterior con el interior.
Con la construcción tradicional, los muros de carga condicionaban siempre la organización del interior, sin embargo, el uso del hormigón armado, a partir de ahora, libera las plantas. De esta manera se disponen las particiones según las necesidades de la distribución interior. Se crea de esta manera la denominada
planta libre.
La casa La Roche-Jeanneret está compuesta por volúmenes con formas geométricas simples y paredes perfectamente lisas. Esto se debe al uso de una estructura constituida por pilares y vigas de hormigón armado y un relleno de ladrillo, que permite que las paredes no sean de carga y se permita tener una
fachada libre.
Le Corbusier investiga sobre una nueva forma de cubierta para sustituir la cubierta tradicional inclinada. Es así como llega a la
cubierta-jardín. Las nuevas técnicas que ofrece el hormigón armado permiten la construcción de una cubierta plana con la recogida de aguas hacia el interior. Para mantener un nivel constante de humedad en la terraza y evitar el agrietamiento del hormigón armado, Le Corbusier decide plantar flores, césped y arbustos con un caseta para protegerlos en caso de que haya mal tiempo.
Además de los cinco puntos, Le Corbusier introduce en la casa La Roche la idea de la
"promenade architecturale". Este principio consta de tres elementos esenciales: en primer lugar, el uso de diferentes medios arquitectónicos para crear una entrada que despierte la curiosidad del espectador y lo empuje a ir más allá, un segundo elemento que se basa en la producción de diversos y variados puntos de vista y, por último, la continuidad de la relación entre los fragmentos y la unidad arquitectónica. Esto crea un paseo a lo largo de toda la casa que va a consistir en un espectáculo arquitectónico.