El hormigón visto es protagonista en el proyecto y se utilizó porque es un material que envejece bien al igual que la naturaleza, además de comportarse de manera óptima frente a las condiciones medioambientales. Otro de los beneficios es su bajo mantenimiento, incluso en la humedad del bosque.
Descripción del proyecto por Luciano Lerner Basso
FORTUNATA, adj. del italiano: la que ha sido tocada por la suerte. Una casa construida alrededor de un árbol, donde la razón es el principal instrumento en la búsqueda del espíritu de la vida.
Situada en el extremo sur de Brasil, la casa Fortunata es un proyecto que destaca las actividades esenciales de la Arquitectura: la lectura atenta de las condiciones ambientales; la determinación precisa de los procesos constructivos; la resolución correcta del programa de necesidades; y la armonía de las formas construidas.
Construida en un barrio tradicional, la casa se implantó alrededor de un enorme Araucaria angustifolia. El acceso desde la de la calle a la entrada de la casa es a través de un camino sinuoso de tierra y grava, la calle entra en el patio y se extiende hasta la puerta de entrada. No hay muros, sólo una malla metálica. Existe la intención de que el suelo de la casa sea el mismo que el de la ciudad; el deseo de crear espacios urbanos sin barreras, de integrar visualmente lo público y lo privado.
Su inserción en el paisaje es una respuesta directa a las limitaciones del lugar. Buscando una mínima intervención en la topografía, el volumen principal se apoya en un pilotis que toca delicadamente el suelo y se adapta a la conformación natural del terreno. Se utilizó todo el material resultante de la excavación de los cimientos; la tierra se utilizó como terraplén para la zona de maniobra de vehículos; las piedras se utilizaron en la construcción de los muros de contención. La vegetación autóctona se conservó prácticamente en su totalidad. Si fuera posible que una enorme grúa levantara la casa y la depositara en otro lugar, el terreno original quedaría prácticamente intacto, sin rastro de las obras.
Diseñada para una pareja joven, la división programática de Fortunata es sencilla: en el nivel inferior, bajo el pilotis, hay un garaje; entrando en la casa están el vestíbulo y el lavadero. En el nivel superior, a partir de la unión geométrica de cuatro rectángulos, se diseñó una planta estructuralmente abierta, donde la separación entre las funciones de vivir, trabajar y dormir viene dada por la condición espacial generada por el núcleo de servidores y por el uso de elementos de luz. No hay pasillos sin salida ni espacios de convivencia cerrados.La circulación se produce en un movimiento continuo que atraviesa los ambientes flexibles y multifuncionales. Una condición que permite que la casa asuma diferentes configuraciones y pueda adaptarse a los cambios en la vida de los propietarios.
Completando el programa, tres verandas construidas con la madera utilizada en los encofrados de hormigón conectan la casa con el patio trasero; amplían el salón hacia el paisaje. Sin cortinas ni barreras visuales entre el interior y el exterior, el habitante tiene un contacto permanente con la naturaleza. Al mismo tiempo que habita la casa, también habita el bosque.
El hormigón visto moldeado in loco está en la estructura, en los cerramientos, en los peldaños de las escaleras e incluso en el mobiliario fijo. Es un material que envejece con la misma belleza que la naturaleza, resiste bien la intemperie y requiere poco mantenimiento, incluso en la humedad del bosque. Además, es un sistema muy común en la región, con mucha mano de obra cualificada y con costes de construcción inferiores a los de otros sistemas con las mismas virtudes. Una estructura que se muestra cruda y que revela un proceso de construcción que, al mismo tiempo que es riguroso y preciso, también muestra las perfectas imperfecciones de un trabajo hecho a mano. Una obra donde la materia y la técnica son indivisibles.
Diseñamos una Arquitectura silenciosa que mantiene un diálogo franco con la naturaleza; ya sea a través de sus muros opacos que en el crudo invierno austral se confunden con la niebla; ya sea por la forma en que el bosque se refleja en sus cristales en los días de cielo azul. Su calidad plástica reside en las relaciones entre planos, vacíos, luces, paisaje y texturas. Un proyecto que amplía el campo de la propia arquitectura y aporta reflexiones sobre las relaciones entre la casa y la ciudad, entre el hombre y la naturaleza.
En cuanto a los aspectos sostenibles, además de la mínima intervención en la vegetación y topografía existentes, destacamos utilización de madera reforestada en el encofrado del hormigón; reutilización de esta madera para la construcción de las verandas; ventilación cruzada en todos los ambientes de uso continuo; carpintería de alto rendimiento con ruptura de puente térmico; doble vidriado hermético; aislamiento térmico con EPS en las losas del suelo y del techo; tratamiento del hormigón visto con productos sin disolventes; sistema de calefacción alimentado por combustible ecológico; uso de agua de lluvia para el riego; iluminación natural en todas las habitaciones, incluido el uso de claraboyas; iluminación artificial realizada íntegramente con bombillas de bajo consumo, incluida la automatización para controlar la iluminación exterior.