La propuesta proyectada por
Bona Fide Taller, estudio dirigido por
Alejandro Martínez del Río, se propone recuperar la mirada al paisaje de cultivos de nísperos, caquis y cítricos que se encuentra en el borde urbano occidental de Sot de Ferrer, lindando con la acequia mayor que sirve a una red de antiguos lavaderos.
Este extraordinario paisaje entre la antigua infraestructura hídrica y el cauce del río Palancia, del que se alimenta aguas arriba, choca contra la fachada deteriorada del municipio donde el trazado de las calles se corta de forma abrupta.
«El proyecto regenera el entorno del lavadero del Inchidor, primero de los cinco que sirven a la población. Se adecúa la bajada al lavadero, y a los campos a través de la mejora de un sendero, servidumbre de paso para los agricultores. Se acerca la huerta y su paisaje.»
Bona Fide Taller
«De "Una pérgola abierta a la huerta” el jurado destaca la capacidad de regenerar un espacio de borde en el entorno urbano, de una pequeña población del interior de Castellón. El proyecto resuelve el problema mediante una única pieza cerámica que conforma el pavimento del espacio, y la cubierta de la pérgola de protección integrando el lavadero y muro de contención existentes.»
Declaración del jurado de ASCER.
Una pérgola abierta a la huerta por Bona Fide Taller. Fotografía por Oleh Kardash Horlay.
Una pérgola abierta a la huerta por Bona Fide Taller. Fotografía por Oleh Kardash Horlay.
Una pérgola abierta a la huerta por Bona Fide Taller. Fotografía por Oleh Kardash Horlay.
Descripción del proyecto por Bona Fide Taller
Al final de la calle San Pedro hay un pequeño balcón de jaula sobre los campos de nísperos; pronto quedará toda trenzada de jazmín. A un lado se encuentra el patio del palacio gótico alrededor del cual nació el pueblo de Sot de Ferrer.
Al otro lado queda la bajada al antiguo lavadero, del que se mantiene su vaso y parte del muro y las pilastras que definían su volumen original. Ahora una nueva escalera le da acceso y asiento –sorprendentemente se sigue utilizando por algunos vecinos-.
El muro contiene el talud y gana el espacio suficiente para una placeta, que mira a la huerta y a los árboles que siguen el cauce del río. Linda con la acequia y uno puede sentarse en su borde y refrescarse los pies; es la acequia mayor y siempre lleva agua.
La pérgola lo reúne todo bajo su bóveda curva, que se irá cubriendo de parra virgen, de un rojo intenso en otoño.