Descripción del proyecto por Caramel Architekten
Un enorme cartel publicitario que cuelga en la fachada orientada al tráfico de un insignificante edificio de la década de 1990 promueve la propiedad: "3.700 m² de oficinas para alquilar". Por debajo de éste, el logotipo y número de teléfono del agente, el tráfico traquetea a su paso. Quién sabe cuánto tiempo ha permanecido vacío este edificio, que no es ciertamente un objeto de deseo. Parece una de las muchas propiedades en la ciudad que son difíciles de traspasar, el número real de ellas es muy difícil de determinar. La tasa oficial de patrimonio vacío en el mercado de oficinas en Viena es actualmente de alrededor del 6,6%. Edificios como éste no viven un buen momento en el mercado inmobiliario. Pero, ¿está realmente vacío? Algunas ventanas están entreabiertas, otras de par en par, se ve ropa tendida sobre el parapeto y un hay destello de material a través del panel cuarto piso - una cortina dorada?
Durante días, semanas, meses alrededor de 280 refugiados han estado viviendo en las antiguas oficinas. Éstos son en su mayoría familias de Siria, Irak y Afganistán, que esperan en este alojamiento de emergencia facilitado por Caritas sus decretos de asilo y su asignación en un alojamiento a largo plazo. Salvaguardar la privacidad - permitida por un lugar donde se pueda estar solo sin ser molestado por las influencias externas - era, para Caramel Architekten, el primer y más importante tema de su intervención. Han visto el límite de tiempo como condición de - más que una limitación - integrada en su proceso de pensamiento. Con el fin de mejorar la vida temporal comunitaria en una comunidad residencial de este tamaño lo más rápidamente posible los arquitectos inicialmente se concentraron en una medida inmediata claramente definida en base a dos preguntas clave:
1. ¿Cómo se puede crear la intimidad con un costo mínimo y en un tiempo muy corto, sin intervenir en el propio edificio?
2. ¿Cómo se puede aumentar la permeabilidad del edificio hacia el exterior como una manera de contrarrestar el aislamiento de la comunidad residencial y la generación de apertura? Salvaguardar la privacidad a través de la creación de elementos de separación adecuados y la apertura de la comunidad a través de la creación de conexiones con el exterior fueron vistos no como sujetos aislados, sino como dos caras de una misma cuestión.
La estructura básica de cada unidad se monta o desmonta en cuestión de minutos, independientemente de las condiciones espaciales. El módulo compuesto simplemente a partir de tubos de plástico define los límites espaciales básicos y el cerramiento visual y atmosférico es proporcionado por paredes de separación textiles que combinan la intimidad con una sensación de seguridad. Una unidad para una familia de cuatro miembros consta de una sombrilla con dos plazas para dormir y dos espacios secundarios divididos por tabiques en los que hay dos camas supletorias. Los elementos verticales actúan como tomas de corriente: cada uno de ellos tiene una luz y un enchufe múltiple. La estructura básica puede ser ampliada según la voluntad, sólo toca al edificio en sus extremos y la mayor parte del trabajo está invertido en la costura de bolsillos que pueden ser utilizados para el almacenamiento de objetos personales y se pueden cerrar en las "paredes".