Open House Madrid te invita a visitar una de las casas más originales de la ciudad. Situada 7 metros bajo tierra, la Fundación Fernando Higueras mantiene el espacio en el que el arquitecto vivió y trabajó y se esfuerza por seguir documentando y divulgando su obra.
Empezamos con una simpática cita del mismo Higueras en la explicaba el "origen" de este proyecto:
"Esta idea me salvó la vida hace treinta y tantos años, en que mi amigo Francisco Nieva, al leerme el tarot, me vio antes de 3 años bajo tierra, con un ciprés encima, al salirme 4 veces consecutivas la muerte. Me insistía que no quería decir esto que necesariamente fuese a morir. Entonces se me ocurrió este primer rascainfiernos (luego los proyecté mayores para la Zona Cero de Nueva York), planté un ciprés, hoy de 18 metros, y aquí sigo: vivo."
La obsesión de Higueras por la construcción soterrada está presente en sus proyectos más experimentales como el de “La ciudad de las gaviotas” en el risco de Famara de Lanzarote, hasta el punto que se cree que el arquitecto fue una pieza clave en la decisión de César Manrique de construir su vivienda de Teguise bajo el terreno volcánico de la isla. Pero no es hasta 1972 cuando Higueras compra la vivienda situada en la Colonia Albéniz de Madrid y finalmente vuelca sus ideas bajo tierra.
Higueras realiza casi simultáneamente, la reforma integral de la vivienda existente en la parcela y la excavación del jardín, un cubo de 9x9x7m, más un prisma de 2x2x7m para alojar la escalera de caracol que da acceso al segundo sótano. Los trabajos de excavación tuvieron que hacerse a mano, con pico y pala, dado que era imposible introducir la maquinaria entre la vivienda existente y el muro de separación con la vivienda colindante.
Lo que en su día fue la vivienda del arquitecto, desde 2001 Lola Botia lo adaptó para ser vivienda-estudio, trasladando el área de trabajo al segundo sótano y manteniendo la planta más alta como vivienda. A día de hoy, el espacio está enteramente dedicado a la Fundación y se ha mantenido sin apenas cambios salvo por la decoración y los cuadros que vestían las paredes, en gran parte sustituidos por paneles explicativos de los proyectos del arquitecto. Sin embargo, aún se pueden ver dibujos y acuarelas del propio Higueras, así como un estupendo cuadro de Antonio López que retrata el Centro de Restauraciones Artísticas o “Corona de espinas” en su fase de construcción.
La vivienda destaca no sólo por la originalidad de su ubicación en la parcela, si no por la calidad del espacio interior. Llama la atención cómo una arquitectura enterrada de tales dimensiones, sin huecos salvo los de 5 claraboyas, lejos de ser agobiante resulta un espacio agradable y con unas condiciones lumínicas y térmicas más que favorables para su uso. El hueco bajo la claraboya de mayor tamaño arroja luz sobre las estancias las cuales, al carecer de tabiques salvo para aseos y dormitorio, permanecen perfectamente iluminadas durante las horas de luz. Como en todas las viviendas de Higueras, una línea horizontal recorre el perímetro de las plantas a 2,10 metros del suelo, marcando las partes superiores de puertas y ventanas, sustitutida aquí por una línea de estantería para esculturas y libros y que, en el caso de la planta superior, sirve también para reflejar la luz cenital y aportar más iluminación hacia el interior.
En cuanto a la temperatura de la vivienda, ésta oscila de los 16ºC en invierno, a los 26ºC en verano. En el proyecto se planteó la instalación de calefacción pero nunca llegó a hacerse a excepción de en los aseos al ser innecesaria en en el resto del espacio.
Como en toda obra de Higueras, el detalle está cuidado tanto como el conjunto del proyecto. Salvo en el caso de la cocina, todo el mobiliario de la casa está diseñado por el arquitecto. Grandes planeras y mesas más bajas de lo habitual que permiten abarcar con el brazo toda su superficie, nos recuerdan que este espacio fue en su día un estudio de arquitectura. Algunos muebles fueron reutilizados de su anterior estudio y otros pensados exclusivamente para la vivienda. Es el caso de la estantería del salón, formada por una serie de perfiles en L que forran las paredes como una pieza continua o las cajoneras de la planta superior, que cumplen la doble función de almacenamiento y de separación con el hueco central, evitando así el uso de barandillas que romperían esa continuidad visual del espacio.
En definitiva, un lugar que merece ser visitado para confirmar personalmente su singularidad y constatar, que la arquitectura enterrada, bien hecha, supera con creces a muchas viviendas convencionales. Al parecer Higueras no salía mucho de casa por lo bien que se sentía en ella. Nosotros nos lo imaginamos en su hamaca, bajo las hiedras que entraban por las claraboyas, en esa especie de oasis dentro de Madrid y pensando: ¿Para qué salir?
CRÉDITOS. FICHA TÉCNICA.-
Arquitecto.- Fernando Higueras.
Constructora.- JOTSA
Fechas.- 1972-1975.
METALOCUS quiere agradecer especialmente la colaboración de Lola Botia y Alberto Humanes, de la Fundación Fernando Higueras, por su inestimable presentación y ayuda en la preparación de éste artículo.
FUNDACIÓN FERNANDO HIGUERAS por FERNANDO HIGUERAS.
Dónde.- C/ del Maestro Lassalle, 36. Madrid.
Cuándo.- Domingo 27 desde las 12.00h.
Última vista a las 18.00h. Inscripción.- Agotada.