
La torre de Bofill Taller de Arquitectura está formada por cuatro silos de planta circular que albergan espacios comerciales, oficinas y apartamentos, organizados en torno a un núcleo central de planta cuadrada. Las plantas circulares permiten el desarrollo de diversas actividades gracias a su morfología, que favorece tanto la flexibilidad como la conexión entre espacios.
La textura del hormigón y las proporciones de los elementos en las fachadas envuelven el edificio en una atmósfera industrial y enigmática. Los suelos de terracota en tonos oscuros y las paredes de hormigón oxidado complementan el proyecto, generando interiores de carácter casi palaciego.

Torre Papuli por Bofill Taller de Arquitectura. Visualización por Bofill Taller de Arquitectura.
Descripción del proyecto por Bofill Taller de Arquitectura
A mediados de los años setenta, los silos de La Fábrica de Barcelona dejaron de almacenar cemento y se transformaron para albergar el Taller de arquitectura. Hoy, los enormes cilindros de hormigón tienen otra función: dar forma a un rascacielos en Tirana, que se eleva 190 metros sobre la capital y alberga diversos programas de oficinas, espacios comerciales y residenciales.
La Torre Papuli se compone esencialmente de cuatro «silos» alargados (de planta circular) servidos por un núcleo central (cuadrado). Esta pureza geométrica tiene una cierta belleza - los círculos como símbolos universales de unión, su armoniosa simetría en torno al cuadrado - al tiempo que permite las mismas placas de piso flexibles y prácticas que se disfrutan en la sede del Taller. Las proporciones exageradas y las paletas interiores similares a las de la fábrica, con suelos de terracota de tonos profundos y paredes de hormigón oxidado, también transmiten una sensación de teatro y misterio.

Pero donde la torre empieza a diferenciarse realmente de su precedente es en los detalles, en particular la refinada textura de la fachada y la fenestración, que se combinan para crear un edificio que se siente animado y contemporáneo, pero lleno del carácter industrial original.
Este proyecto hace un guiño a la historia de Tirana como la región más industrializada del país: a principios del siglo XVI, se estableció un bazar para fabricar desde tejidos de seda y cuero hasta cerámica y objetos preciosos.