En sus escritos, siempre ofrecía explicaciones que trascendían lo visual e intentaba enmarcar las formas arquitectónicas dentro de un corpus teórico. Siempre atento a no incursionar en territorios intelectuales ajenos al objetivo de los arquitectos, abrió, sin embargo, referencias ambiciosas que podían servir para relacionar obras específicas con las principales tendencias del debate global. Porque esto es lo que David era, por encima de todo: un ejemplo vivo de puente cultural, un nexo de ideas, personas y obras. Siempre dispuesto a debatir al más alto nivel, fue amigo y mentor en varios sentidos. Y lo extrañaremos, y ya lo extrañamos, profundamente.
David B. Stewart nació en Washington, D.C. en 1942. Cursó sus estudios en la Universidad de Pensilvania, donde obtuvo una Licenciatura en Historia del Arte con honores (1960-1964), y posteriormente en el Instituto de Arte Courtauld de la Universidad de Londres, donde completó su Doctorado en Historia del Arte Europeo bajo la supervisión del profesor Sir Nikolaus Pevsner (1964-1972), con una tesis sobre Le Corbusier. Antes de mudarse a Japón, formó parte del equipo editorial de L’Architecture d'aujourd'hui en París.
Enseñó historia de la arquitectura en el prestigioso Instituto Tecnológico de Tokio (actualmente Science Tokyo) desde 1976, donde fue nombrado Profesor Especial en sus últimos años. Sus artículos aparecieron en numerosas revistas internacionales y dio numerosas conferencias por todo el mundo; algunas de sus lecciones están disponibles en YouTube. Le sobreviven su esposa y sus dos hijos.