Editado por la Universidad de Sevilla, en donde F. Javier López Rivera ejerce como profesor, el libro se centra en comprender cuáles fueron el momento histórico y las circunstancias que acercaron fotografía y arquitectura.
Una simbiosis tan potente que es prácticamente imposible a día de hoy entender la una sin la otra. El libro, que resume y condensa la amplia investigación realizada por el autor para su tesis doctoral, supone una oportunidad de dar un paso atrás en el entendimiento del papel que la fotografía ha jugado sobre la arquitectura.
Un descubrimiento que sitúa a la fotografía como el medio perfecto para la necesaria comunicación matrial de la arquitectura, y que ha venido confundiéndose sin embargo con la arquitectura propiamente dicha durante los últimos años de boom visual.
Una simbiosis tan potente que es prácticamente imposible a día de hoy entender la una sin la otra. El libro, que resume y condensa la amplia investigación realizada por el autor para su tesis doctoral, supone una oportunidad de dar un paso atrás en el entendimiento del papel que la fotografía ha jugado sobre la arquitectura.
Un descubrimiento que sitúa a la fotografía como el medio perfecto para la necesaria comunicación matrial de la arquitectura, y que ha venido confundiéndose sin embargo con la arquitectura propiamente dicha durante los últimos años de boom visual.
Tal y como la apertura del prólogo del libro nos recuerda: 'Dicen que, en el mejor de los casos, los fotógrafos somos una raza ciega; que aprendemos a considerar hasta el más hermoso de los rostros como una mezcla de luces y sombras; que muy rara vez admiramos y nunca amamos. Esa es una idea errónea que ansío disipar...'. Lewis Carrol, el día de asueto de un fotógrafo, Montersinos, Barcelona, 2001.
Es difícil entender hoy día la arquitectura en su totalidad si la emancipamos de algunas formas de expresión visual, como es la fotografía. Cabría preguntarse, pues, cuál fue el momento histórico y las circunstancias que posibilitaron que ambas -la 'vieja' arquitectura y la 'joven' fotografía- empezaran a entenderse, a colaborar y hacerse casi imprescindibles la una para la otra. El análisis del ámbito histórico elegido (1925-1939) nos aclarará algo sobre el origen de las relaciones entre estas dos artes, sus conflictos, los procesos de construcción de la mirada analítica y sus medios de difusión y consumo, así como sobre la importancia que el fuerte desarrollo experimentado por la fotografía y las publicaciones en esas décadas tuvo en la difusión de los valores preconizados por la arquitectura de entonces.
Este libro se plantea analizar el decisivo papel desempeñado por la fotografía en la construcción y desarrollo de la imagen de la arquitectura moderna. Su periodo de estudio se centra en el intervalo temporal que arranca en 1925, año en el que se celebra la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París, en el que László Moholy-Nagy publica "Pintura, Fotografía, Cine" y en el que aparece la revolucionaria cámara Leica. Y finaliza en 1939, con los procesos bélicos que afectaron a España y al mundo, que desencadenaron exilios y muerte de gran parte de sus protagonistas, con la ruptura que esto supuso en los procesos culturales iniciados.
El trabajo presta especial atención a lo ocurrido en Andalucía en esos años, indagando sobre los nombres de los profesionales que trabajaron por estos lares mostrando la imagen estereotipada de esta región que el floreciente negocio de las tarjetas postales transmitía al resto del mundo. Entre ellos destaca, por su relación profesional con el GATEPAC, la figura clave de la austríaca afincada en Barcelona Margaret Michaelis y, en menor medida, la del madrileño Luis Lladó, encargado de documentar algunos de los principales ejemplos modernos del Sur, ambos en el anonimato hasta hace poco más de una década.