La ejecución del tramo subterráneo del metropolitano de Granada ha permitido el hallazgo de los restos arqueológicos de la alberca del Alcázar Genil, residencia regia musulmana periurbana del siglo XIII. El Albercón, de 128 × 27 metros, fue devorado en sus extremos durante el crecimiento urbano del siglo XX, salvándose el tramo central pisado por el Camino de Ronda, vial bajo cuyo trazado discurre el metropolitano.
El emplazamiento en Alcázar Genil de una estación subterránea posibilita la integración de los restos arqueológicos de la alberca, recuperándolos, poniéndolos en valor y haciéndolos visitables.
El proyecto de la estación Alcázar Genil aúna los esfuerzos conjuntos de diversas disciplinas que ponen al mismo nivel las ingenierías de los siglos XIII y XXI con una visión interdisciplinar básica para abarcar la complejidad de todo el proyecto con el objetivo de compatibilizar las infraestructuras contemporáneas con el pasado oculto bajo la piel de nuestros viejos centros históricos.
La integración de los restos arqueológicos, a cota intermedia entre el vestíbulo y la calle, parte de la premisa fundamental de no desmontar los muros laterales de la alberca. Mantener la información genética material es la estrategia que se extiende a los distintos paramentos y sistemas constructivos que ofrecen la textura rugosa de la tierra y la estratigrafía horizontal de sus tongadas como expresión honesta del material del siglo XXI.
El emplazamiento en Alcázar Genil de una estación subterránea posibilita la integración de los restos arqueológicos de la alberca, recuperándolos, poniéndolos en valor y haciéndolos visitables.
El proyecto de la estación Alcázar Genil aúna los esfuerzos conjuntos de diversas disciplinas que ponen al mismo nivel las ingenierías de los siglos XIII y XXI con una visión interdisciplinar básica para abarcar la complejidad de todo el proyecto con el objetivo de compatibilizar las infraestructuras contemporáneas con el pasado oculto bajo la piel de nuestros viejos centros históricos.
La integración de los restos arqueológicos, a cota intermedia entre el vestíbulo y la calle, parte de la premisa fundamental de no desmontar los muros laterales de la alberca. Mantener la información genética material es la estrategia que se extiende a los distintos paramentos y sistemas constructivos que ofrecen la textura rugosa de la tierra y la estratigrafía horizontal de sus tongadas como expresión honesta del material del siglo XXI.