El proyecto desarrollado por Henley Halebrown y WV Architecten combina la funcionalidad moderna con la sostenibilidad, creando un centro cívico que encarna la responsabilidad comunitaria y medioambiental. El edificio se ordena en torno a una escalera en zigzag situada en medio del volúmen, que funciona como elemento conector entre el vestíbulo de entrada con la biblioteca, el vestíbulo, el salón de eventos y la brasserie, unificando así todo el espacio.
En la planta baja, el salón original se ha ampliado y reorganizado con un nuevo vestíbulo en el lado sur, lo que mejora el acceso y la flexibilidad para grandes eventos. Una pared acústica retráctil separa el salón del vestíbulo, que se abre a una terraza con vistas al paisaje natural, creando una fuerte conexión con los espacios exteriores.
La nueva biblioteca, situada en un lugar destacado y de fácil acceso, sustituye a la antigua cafetería. Un sistema de mobiliario modular organiza sus colecciones para adultos y jóvenes, mientras que se crean nichos informales y zonas de lectura para los visitantes. Las fachadas de cristal bañan las zonas de lectura con luz natural y ofrecen vistas panorámicas de los estanques cercanos. Del mismo modo, en el nivel superior, por encima de la biblioteca, una nueva brasserie y terraza disfrutarán de vistas al agua. Una sala multiusos alberga la cámara del consejo, las salas de lectura y los estudios.
«El corazón del proyecto es la «puntada». Se trata de la escalera en zigzag del vestíbulo de entrada que literalmente une los espacios ante los ojos. Las escaleras, los puentes y los rellanos conectan física y visiblemente todas las funciones en torno a un espacio central, al tiempo que liberan el potencial de todos los espacios existentes».
Simon Henley, cofundador de Henley Halebrown.
El enfoque de Henley Halebrown y WV Architecten, prioriza la estructura del edificio. Al identificar este valor latente, el equipo de proyecto minimizó los trabajos de demolición y conservó las fortalezas inherentes del edificio. Este enfoque continuará más allá de la finalización del proyecto, con el potencial de un perfeccionamiento continuo.
Tratando de reconocer y aprovechar el potencial latente del edificio, la intervención minimiza las demoliciones, buscando conservar las características originales del edificio y reutilizar tantos materiales como sea posible. Cuando es necesario, los nuevos materiales incluyen productos de base biológica con bajas emisiones de carbono.
El edificio está proyectado para respirar, con materiales que dejan pasar el vapor y promueven la calidad del aire. Esto es una muestra del enfoque planteado en el trabajo de ambos estudios: «primero el tejido», ya que reutiliza tantos materiales como sea posible. El proyecto incluye una construcción de madera, revestimiento de madera y aislamiento de cáñamo, lo que reduce la huella de carbono del edificio y mejora su calidez visual. Además, se utilizan gránulos de EPS reciclados en el aislamiento del techo para reducir aún más las emisiones de CO2.