El proyecto desarrollado por Mollinedo Arquitectura separa las circulaciones público y privado industrial con dos accesos diferentes, estableciendo diálogos entre los diferentes volúmenes de conjunto mediante giros, intersticios y vacíos, que muestran una reflexión flexible y orgánica para la relación del conjunto con el territorio.
La piel exterior del edificio de chapa microperforada ondulada se asemeja al color del aceite de oliva, mimetizando el conjunto con los tonos presentes en el paisaje circundante. Mediante los patios abiertos, los jardines y tipo de pavimento empleado, el proyecto conecta exterior e interior buscando humanizar la intervención y dialogar con el entorno.
Almazara Acesur por Mollinedo Arquitectura. Fotografía por Jesús Granada.
Descripción del proyecto por Mollinedo Arquitectura
La obra se sitúa en el término municipal de Jabalquinto (Jaén). La parcela donde se actúa se encuentra flanqueada por instalaciones industriales tales como orujera al Este, granja de animales al Sur, campos de cultivo al Norte y la autovía Bailen-Motril al Oeste. La parcela está en una hondonada y no existen referencias externas donde poder asentar una idea o un desarrollo de implantación. El lugar suele dar pistas de estrategias ya escritas, aquí la ausencia y la libertad es tan amplia que tensiona.
Observar la naturaleza cercana llevó a reflexionar sobre cómo intervenir en este territorio e integrar la almazara y el centro de oleoturismo. Nos preocupaba que la intervención global pasara a ser un acto de desconexión con el entorno, ausencia de reflexión mimética o una intervención rígida.
La idea nace de observar cómo se posicionan las aceitunas cuando caen al suelo, algunas semienterradas, otras casi apoyadas o dispersas, donde lo que realmente define su lectura son sus relaciones intersticiales, dejando ver sus vacíos y juegos volumétricos. La intervención se razona desde este diálogo orgánico. La geometría de las piezas que conforman el conjunto de la almazara nace a partir de la forma del fruto. Tras diversas secuencias se llega a la figura del hexágono asimétrico como mecanismo de integración y diseño. Las piezas se relacionan entre sí mediante una aleatoriedad razonada que optimizan su función.
Emplear este módulo, que es una llamada a la naturaleza y al concepto de repetición, ayuda a entender la implantación. Las piezas se posicionan de manera variable y con libertad en altura aportando dinamismo al encaje del conjunto. El cambio de altura viene motivado por el uso que alberga. Las piezas dialogan mediante sus giros, intersticios y vacíos mostrando una reflexión flexible y orgánica de implantarse, así como de la delicada relación con el territorio. Montículos ajardinados en el contorno exterior de las piezas simulan lo semienterrado, potenciando la idea y transportándonos a los cerros de esta tierra haciendo pertenecer las piezas al campo por extensión.
La piel exterior de las piezas texturizada es de un color que se asemeja al aceite de oliva. Este color unitario aporta integración y mimetismo. La envolvente ejecutada mediante chapa microperforada ondulada está separada 60cm del cerramiento para facilitar mantenimientos, inserción de maquinarias y protección solar. Las pieles están giradas y curvadas en las esquinas para aportar el carácter orgánico.
La intervención tiene dos accesos: uno principal público y otro privado industrial. En el acceso principal nos recibe una plaza hexagonal ajardinada. El contorno está ejecutado con una escollera que pretende aislar al visitante del entorno y conectarlo desde su inicio con el edificio. En esta plaza existen aparcamientos para vehículos y autobuses. La primera pieza de las cinco del programa es la zona de recepción, patio ajardinado, zona de venta y exposición de aceite, área de conferencias. A su derecha se encuentra la bodega formada por cuatro módulos que por geometría hacen referencia a la flor del olivo. Grietas verticales de luz aparecen en el encuentro de cada pieza y nos conectan con el entorno. A la izquierda de la recepción está la pieza que contiene oficinas, laboratorio, personal fijo, aseos y patios interiores ajardinados. La conexión, desde la pieza recepción a las dos mencionadas, está en los intersticios y es con pasarelas cubiertas cómo cajas negras, de menor escala y transparentes por las que que se pueden apreciar las relaciones entre piezas, giros y jardines.
La cuarta pieza es de instalaciones, almacenaje, CT, taller, caldera, personal eventual. Es una pieza aislada que se relaciona con la de oficinas por su geometría y posición, dialogando por sus giros e intersticios. La quinta pieza es la almazara en sí, formada por foso, patio y zona de producción. Es una pieza independiente y que tiene movimiento en su entorno, estando abrazada por el resto de las piezas comentadas.
Conectar exterior e interior es otro de los objetivos mediante los patios abiertos, los jardines y tipo de pavimento empleado, humanizando esta intervención.
En el proceso constructivo se ha razonado en sostenibilidad y eficiencia energética recuperando todas las tierras excavadas para formalizar los montículos y topografía, las gravas excavadas para relleno bajo losas, creando aljibes de recuperación de aguas para riego y limpieza, un área de paneles fotovoltaicos, maquinarias con COP alto y eficientes, empleo de prefabricación de hormigón y acero. Plantas autóctonas y de bajo consumo de agua conforman la jardinería.
Generar un nuevo paisaje integrado y humanizado ha sido el objetivo final de este proyecto.