Los muros de suelocemento «sueltos» cierran el edificio en su perímetro, terminando de cerrar los espacios interiores de cada edificio con estructuras ligeras de metal y lámina, a la manera de las construcciones agrícolas del campo. En el espacio interior se utiliza un pavimento de durmientes de tren y un plafón de madera buscando una mayor calidez para crear una atmósfera adecuada para el disfrute y maduración del vino.
Vinícola Tierratinta por COA arquitectura. Fotografía por César Béjar Studio.
Descripción del proyecto por COA arquitectura
El conjunto está integrado por tres edificios y una explanada para eventos interconectados por andadores y jardines. Un núcleo de baños, bodega y boutique, un restaurante y el edificio de la vinícola, tasting room y cava.
Los edificios se ordenan con geometrías diagonales generando remates y confinamientos entre ellos y por otro lado aperturas y direccionamientos visuales hacia los diferentes paisajes: por un lado el lago, las vides y de remate un cinturón de Eucaliptos, y por el otro, vides en primer plano y de fondo el cerro del Muerto.
Vinícola Tierratinta por COA arquitectura. Fotografía por César Béjar Studio.
Los edificios se confinan con muros de suelocemento «sueltos», ya sea independientes, en escuadra o en «c» dentro de los cuales los espacios terminan de cerrarse con estructuras ligeras de metal y lámina, a la manera de las construcciones agrícolas del campo.
El espacio abierto entre los muros de los edificios y la explanada se trabaja con vegetación desértica baja de cactáceas y matorrales, olivos, gravillas y muros bajos de piedra que sirven tanto de bancas como de contención para los terraceos. En la zona del lago, estos se disponen en líneas paralelas haciendo eco a la geometría de las vides.
Vinícola Tierratinta por COA arquitectura. Fotografía por César Béjar Studio.
En la llegada, una escuadra de muros, telón de fondo para una hilera de cactáceas, da la bienvenida e indica el ingreso hacia una calzada que conduce a la explanada central. Este primer edificio contiene el núcleo de baños, y en la fachada que ve a la explanada, un par de aperturas de toda la altura indican las entradas de hombres y mujeres. Al ingresar un patio de cactáceas da la bienvenida a unos pórticos de espera. Los baños se confinan con techo y mamparas de lámina y madera, y una barra de metal corrida para los lavamanos dirige la vivencia hacia el patio común. La privacidad visual se logra con un muro bajo de piedra en forma de «T».
La vinícola aparece como remate de la calzada y explanada con un muro de cuarenta y siete metros de largo por cinco metros de alto en el cual una vez más una delgada apertura indica el ingreso. Al entrar, un patio recibe al visitante y a partir de él se puede acceder por un lado a la nave de producción o por el otro al tasting room. La nave se techa con lámina en «diente de sierra» tomando luz del norte a través de una fachada de ventanales de herrería. El tasting room se confina con un par de muros norte sur, y en el otro sentido sus fachadas de puertas pivotantes permiten la continuidad del patio a través de él para salir a un deck volado sobre el lago. El espacio interior se reviste con un piso de durmientes de tren y un plafón de madera buscando mayor calidez, y en él tan solo cuatro elementos: un armario adosado al muro, un par de barras y un cilindro de metal que por una apertura trasera da ingreso a una escalera de caracol que conduce a la cava.
Vinícola Tierratinta por COA arquitectura. Fotografía por César Béjar Studio.
Una vez abajo, un pasillo serpenteante permite dejar atrás la luz natural y dramatizar la sorpresa a la llegada. Al encontrarse por debajo de la nave de producción, unas columnas acuatadas soportan el techo de concreto y vigas de metal liberando así los muros laterales de tierra existente producto de la excavación. Un armario de botellas, unas piedras humedecidas por gotas de agua, una barra y barricas en un suelo de grava completan el espacio buscando una atmósfera ideal tanto para la maduración como para el disfrute del vino.