Enrico Scaramellini utiliza una arquitectura sencilla para proyectar el nuevo gimnasio, empleando formas poligonales en planta, cubiertas inclinadas y hormigón pigmentado. El gran volumen se compone de diferentes fachadas de distintos tamaños, donde algunas se inclinan, fomentando una vista lateral. El uso de formas poligonales, tanto en planta como en sección, junto con la cubierta inclinada da como resultado un volumen que se asemeja a las rocas del paisaje.
Constructivamente el edificio se compone completamente de hormigón pigmentado, utilizando su materialidad para expresarse dentro de su contexto, proporcionando al proyecto un carácter metamórfico. Al gran volumen escultórico se le introducen pequeños elementos metálicos en las fachadas que se asemejan a cuarzos dentro de una gran roca. En la fachada sur una gran superficie acristalada permite la entrada de luz, actuando como elemento reflector, marcando el paso del tiempo en el interior.
Gimnasio de escalada Spluga por Enrico Scaramellini. Fotografía por Marcello Mariana.
Descripción del proyecto por Enrico Scaramellini
El edificio es un gran monolito con características tanto naturales como artificiales. Los bosques y rocas que caracterizan el paisaje representan el concepto mediante el cual se moldean y miden las superficies, estableciendo una relación simbiótica naturaleza-artificio. La planta es poligonal con un tramo de cubierta inclinado; el hormigón pigmentado colado in situ, las diferentes caras escalonadas verticalmente y los distintos grados de arenado, aunque de construcción compleja, representan una arquitectura sincera y sencilla. Una gran superficie acristalada inunda el interior de luz y adquiere el carácter de un reflector que marca el cambio de tiempo fluido e impredecible.
El proyecto trabaja en términos de paisaje con un enfoque en la configuración planimétrica y volumétrica. En términos de superficie, se trata de una intervención a pequeña escala que construye con su entorno, roca, bosque y árboles, una serie de relaciones y referencias importantes. Existe una fuerte relación figura-fondo que se establece entre el proyecto y el bosque circundante.
El volumen se compone de una serie de fachadas inclinadas de diferentes tamaños; esta configuración en planta fomenta una percepción lateral del volumen, que siempre se percibe parcialmente. La aproximación al volumen desde los caminos de acceso existentes también enfatiza esta vista lateral. La combinación de la planta y sección poligonal con la cubierta inclinada da como resultado un volumen que se asemeja a un afloramiento rocoso. Una gran roca que se eleva verticalmente. Algunos árboles altos, cercanos al edificio del proyecto, se considerarán el elemento con el que medir, por comparación, la altura del nuevo volumen.
La percepción variará a lo largo de las estaciones; a algunas de estas plantas se les dará el aparato vegetal que enfatizará aún más la relación entre el edificio y la masa del elemento natural. Un edificio pequeño de carácter disruptivo, en el que la construcción sencilla (con los trabajos de acabado casi inexistentes) se convierte en arquitectura; un edificio atemporal que utiliza su material para expresarse dentro de su contexto, evocando edificios poderosos, muros de roca y geometrías declaradas.
El edificio está hecho completamente de hormigón pigmentado, colado en el lugar según cinco planos, cada uno enfatizado por hiladas horizontales. El sótano es completamente coplanar, mientras que los niveles superiores se caracterizan por un juego geométrico de rupturas escalonadas verticalmente de diferentes profundidades y anchos.
El hormigón pigmentado y tratado con diferentes grados de chorro de arena adquiere un carácter metamórfico, cambiando de color según las horas del día y las condiciones climáticas circundantes. Hacia el norte, a través de un ángulo convexo, el edificio se manifiesta de manera imponente y vigorosa, devolviendo la vista y la mente del observador a una gran e infranqueable pared rocosa.
El bosque, con sus troncos elevándose por encima del nivel del suelo, constituye por analogía el concepto central por el que se caracterizan y animan las superficies del monolito. El monolito, a través de los heterogéneos movimientos «in-out» de las superficies y de los diferentes grados de arenado del hormigón, adquiere características escultóricas. Aquí y allá, pequeños elementos metálicos de forma cuadrada, claros y reflectantes, como cuarzos dentro de una roca, embellecen el edificio. Hacia el sur, emerge el único gran hueco acristalado del bloque que, además de inundar de luz el interior de la estructura, adquiere las características de un gran reflector que marca el paso del tiempo y el cambio impredecible de los colores del cielo.