Debido a la necesidad de un fuerte control financiero y de dotar la idea de construir infraestructuras para un futuro mantenimiento de fácil acceso, el costo global del trabajo fue restringido en un valor preestablecido por el Ayuntamiento de Viana do Castelo. Demandas que se convirtieron en un verdadero desafío en la forma de pensar para responder a lo solicitado. De ahí, el uso de la imagen brutalista en el proyecto sin ser llevado al extremo, perceptible en los vestuarios y el campo de deportes.
...El tono general del edificio es gris, lo que nos recuerda el hermoso mar gris, del mismo modo que el hall de entrada tiene varios paneles de azulejos gofrados grises, alusivos a los crustáceos y las algas de las playas de Viana do Castelo, ejecutados por el el artista plástico Mário Rocha.
Descripción del proyecto por Valdemar Coutinho Arquitectos
El edificio está situado junto a la "Avenida do Atlântico" en Viana do Castelo. Una avenida frente al mar, en la que se construyen una serie de edificios, que, en una primera impresión, el frente urbano, en el que se inserta el edificio, transmite una imagen bastante insípida debido a la naturaleza de los programas y las opciones adoptadas en su proyectos. Una característica que se ha convertido en un activo en la conceptualización del proyecto del Pabellón Atlántico.
Además de la necesidad del Concejo Municipal de Viana do Castelo de contar con un pabellón deportivo, se da apoyo al colegio EB 2,3 Pedro Barbosa y al uso de complementariedad de la comunidad para desarrollar diversas modalidades, principalmente es adyacente a los objetivos del municipio, a ampliar la posibilidad de la población de practicar actividades deportivas en instalaciones cubiertas.
Debido a la necesidad de un fuerte control financiero y de dotar la idea de construir infraestructuras para un futuro mantenimiento de fácil acceso, el costo global del trabajo fue restringido en un valor preestablecido por el Ayuntamiento de Viana do Castelo. Demandas que se convirtieron en un verdadero desafío en la forma de pensar para responder a lo solicitado. De ahí, el uso de la imagen brutalista en el proyecto sin ser llevado al extremo, perceptible en los vestuarios y el campo de deportes.
Con esta intención, Valdemar Coutinho Arquitectos ideó un Pabellón que refleja las diversas demandas de programas y presupuestos con una imagen dinámica y humanizada atractiva, minimizando el impacto común en este tipo de edificios.
Debido a la parcela limitada, el proyecto ocupa prácticamente toda el área. La dimensión del programa se desarrolló en un piso a nivel de la planta baja con un área de almacenamiento secundaria. La superficie para practicar deportes es de 650 m² (para jugar al voleibol y al baloncesto esencialmente) con una altura de 7.50 m, con 4 bloques independientes de salas de cambio, 2 bloques para los atletas, cada uno con una capacidad de 15 a 20 deportistas y otros 2 para entrenadores y árbitros.
En la unión de los dos cuerpos, se desarrolla la entrada principal, donde 50/80 personas pueden esperar hasta que encuentren asientos. En esta bola de jockey alrededor de la entrada, una recepción, un puesto de vigilancia, una cafetería que opera puntualmente según la necesidad, un área de soporte técnico, instalaciones sanitarias para hombres y mujeres y para personas con movilidad reducida.
Volumétricamente, el pabellón, en términos generales, está compuesto por 2 cuerpos paralelepipédicos (cuerpo este y oeste) perpendicularmente implantados entre sí, formando en su conjunto un volumen único de líneas dinámicas y delimitadas. El edificio presenta predominantemente dos materiales de acabado, el hormigón visto y la tachuela de piedra grapada azulada grisácea.
El tono general del edificio es gris, lo que nos recuerda el hermoso mar gris, del mismo modo que el hall de entrada tiene varios paneles de azulejos gofrados grises, alusivos a los crustáceos y las algas de las playas de Viana do Castelo, ejecutados por el el artista plástico Mário Rocha.