Además, junto a las columnas, se dispone un amplio conjunto de tubérculos de escayola que Agut asocia sarcásticamente a la representación que Picasso hizo del dictador Franco. El artista se apoya y continúa de esta manera aquella línea de ese pensamiento crítico desde las artes hacia unas circunstancias políticas que lastran al conjunto de la sociedad.
Descripción del proyecto por Pep Agut
El título de la muestra hace referencia a dos aspectos cruciales para el desarrollo de la exposición. Por un lado, tenemos el “meridiano de Madrid”, que tiene su origen en el año 1884, cuando en octubre tuvo lugar en Washington la Conferencia Internacional en la que se aprobó establecer un meridiano único de referencia, tangente con el Real Observatorio de Greenwich. España promovió en ese mismo año un intento, fallido, de crear un meridiano local 0o de Madrid (3o 41 ́ 16 ́ ́ al oeste de Greenwich, 14 minutos y 41 segundos por delante de aquel).
Este meridiano de Madrid fue tomado también como referencia en el catálogo de la Exposición General de las Islas Filipinas, inaugurada en 1887. El desastre de 1898 hizo del todo insostenible un meridiano propio; no obstante, en 1942, España, por decisión de Francisco Franco adopta finalmente el huso horario del meridiano de Berlín, por el que todavía se rige hoy en día.
Ese texto del catálogo editado por el gobierno español para la Exposición General de las Islas Filipinas ha sido una de las fuentes principales de inspiración para Agut a la hora de realizar este proyecto; junto con la obra de dos ilustres artistas españoles que viene a completar, además, la segunda parte del título de la muestra: “sueño y mentira”. Se trata de Goya y El sueño de la razón produce monstruos (1799), y de Sueño y mentira de Franco (1937) de Pablo Picasso.
En la exposición se pueden ver varias columnas de escayola distribuidas por el suelo, que reproducen las originales del Palacio, cuyos moldes están hechos en seis partes de las que solo se han montado dos: “A partir de la estructura central donde se encuentran estas dos columnas, se van construyendo espacios para expresar diferentes grupos de ideas”, cuenta Agut. Los objetos resultantes no dejan de ser una huella del proceso para su construcción, y esa disposición horizontal resta al origen arquitectónico del Palacio todo rastro de funcionalidad. La individualidad de cada columna o la de cada una de las partes y secciones surgidas de sus moldes se completa con una serie de inscripciones realizadas por el artista, que comparte herramienta, el buril, con los grabados de Goya y Picasso, sobre todo con los aguafuertes mencionados previamente: El sueño de la razón produce monstruos (1799) del primero o Sueño y mentira de Franco (1937) del segundo, uno de los trabajos preliminares para Guernica. Pep Agut se apoya y continúa de esta manera aquella línea de ese pensamiento crítico desde las artes hacia unas circunstancias políticas que lastran al conjunto de la sociedad.
Al mismo tiempo, junto a cada grupo de columnas, Agut ha dispuesto un amplio conjunto de tubérculos de escayola creados a partir de moldes extraídos de raíces naturales, algunos de origen norteamericano y filipino, como los siete que se encuentran en la estructura central. Agut los asocia sarcásticamente (los llama "Franquitos") con las que se aprecian en la representación que Picasso hizo del dictador en las dieciocho pequeñas viñetas que conforman los grabados mencionados.
En definitiva, en Meridiano de Madrid: sueño y mentira, Pep Agut reflexiona sobre todas estas circunstancias desde el momento presente, y nos invita a releer y experimentar aquellos tiempos y sus amplias similitudes con lo que vivimos en la actualidad.