A partir del 1949, en un clima de oscurantismo local, la presencia de algunas figuras internacionales en España fue decisiva para dar un giro a la arquitectura local: el italiano Gio Ponti (1891-1979) y el italo-suizo Alberto Sartoris (1901-1998) -al que habrá que añadir el papel decisivo, desde un punto de vista ideológico y existencial, del austríaco Bernard Rudofsky (1905-1988)- no solo introducen un aire de modernización cultural, sino que se sirven del mediterraneismo como vehículo principal de renovación arquitectónica.
Estos autores se convertirán así en los principales trasmisores de una peculiar idea de arquitectura moderna -muy bien acogida por la profesión española-, en la que adquieren relevancia el respeto por las potencialidades ambientales del sitio junto con una recuperación actualizada de la tradición arquitectónica, configurando el paisaje como tema de proyecto.
Finalmente, en la década de los cincuenta, el proceso de reincorporación de la arquitectura española en el debate internacional se hará en concreto a través de dos paradigmas principales: el interés por lo popular -fuera ya de los cánones del pintoresquismo- y una inédita aproximación a la “genialidad” de Gaudí, incomprendida y marginada durante largo tiempo, mediante un proceso de reconsideración que se llevará a cabo tanto desde Italia como desde España.
El Pabellón Español en la IX Triennale de Milano (1951) representa un momento de síntesis de estas cuestiones, lanzadas ya –como visiones de un país en fase de renovación- hacia una plena aceptación por parte del mundo internacional. En él, una instalación arquitectónica a cargo de José Antonio Coderch, comisario de la exposición junto con Rafael Santos Torroella, contiene un sorprendente y surreal montaje de arte del pasado, arte moderno, tradiciones populares y extraordinarias fotografías de Joaquim Gomis y Leopoldo Plasencia, que ponen en relación la arquitectura gaudiniana con imágenes de casas populares ibicencas.
El descubrimiento “moderno” de la construcción popular tuvo testimonios representativos a través de otros medios italianos a parte de Domus, como las revistas Spazio y Comunità; o se reflejará en las crónicas y reportajes fotográficos realizados en la misma época por otro gran arquitecto italiano: Luigi Figini.
A partir de este momento, José Antonio Coderch se transforma en activo corresponsal, desde España, de la mítica revista italiana Domus, dirigida en aquel entonces por Gio Ponti. Su magisterio, centrado en una producción original de arquitectura doméstica en contexto mediterráneo influirá en proyectos de la costa de gran relevancia, como los de Federico Correa y Alfonso Milá, o Peter Harnden y Lanfranco Bombelli, difundidos a través de las páginas de esta prestigiosa revista italiana.
Sobre la exposición
La exposición presenta proyectos de los años 50, realizados en entorno mediterráneo, por parte de un heterogéneo conjunto de arquitectos españoles y extranjeros: Francisco Juan Barba Corsini, Bassó y Gili, Bohigas y Martorell, Antonio Bonet Castellana, Coderch y Valls, Correa y Milá, Luigi Cosenza, Carlos de Miguel, Harnden y Bombelli, Gio Ponti, Josep Pratmarsó, Bernard Rudofsky y Josep M. Sostres.
Significativamente, el recorrido expositivo se cierra con la última vivienda construida por Bernard Rudofsky en Frigiliana (Málaga), cuyos planos administrativos fueron firmados por José Antonio Coderch.
La exposición presenta y contextualiza croquis, dibujos, proyectos, obras, revistas y diversas fuentes de información, la gran mayoría inéditas, con énfasis en las fotografías de la época. Acompañarán el itinerario expositivo 7 pantallas en las que se proyectarán videos realizados en algunas casas relevantes, como la Casa Ugalde y la Casa Rovira de Coderch.