El proyecto planteado por Holger Cuadrado utiliza la estructura como actor principal para crear el proyecto, generando una disposición que establece el orden espacial interior. El proyecto se construye con hormigón armado visto, utilizando dos muros laterales y dos diafragmas intermedios que otorgan a la vivienda una amplia espacialidad y facilitan tránsitos fluidos en el interior.
Una segunda estrategia para proyectar la vivienda se basa en el principio de flexibilidad espacial. La vivienda cuenta con cuatro niveles destinados a uso residencial y de trabajo. La planta baja y el sótano se conectan directamente con la calle recogiendo áreas de trabajo destinadas al desarrollo de actividades productivas. Las plantas superiores de uso residencial presentan una gran flexibilidad espacial, ofreciendo posibles reconfiguraciones futuras según las necesidades cambiantes a lo largo del tiempo de sus usuarios.
Casa Fundamentos por Holger Cuadrado. Fotografía por Bicubik.
Descripción del proyecto por Holger Cuadrado
La casa se inserta en un barrio residencial de la ciudad de Loja, a 2.060 msnm sobre los Andes bajos al sur de Ecuador. Emplazada sobre un pequeño solar de 7,60 m x 13,50 m, este proyecto intenta reflexionar sobre cuestiones relacionadas al principio estructural en la definición de la arquitectura, y la flexibilidad espacial como recurso de proyecto.
La estructura como generadora del proyecto.
Se construye en hormigón armado visto, resolviendo al mismo tiempo el orden espacial interno y formal de la casa. El uso de elementos constructivos se limita a lo estrictamente necesario otorgando sencillez y claridad a la solución estructural, resuelta a partir de dos muros laterales de corte y dos diafragmas intermedios que permiten amplia espacialidad y fluidez al interior de cada planta. La estructura establece el orden espacial de la casa y sirve de soporte para varias configuraciones espaciales en su interior. Desde el exterior se percibe como sobresale la caja del volumen principal de 5 metros de frente con un voladizo de 3 metros hacia la calle, conformando en planta baja un patio flexible abierto para juego de los niños junto al área productiva de la vivienda.
El principio de flexibilidad espacial.
La casa se concibe como un contenedor espacial de cuatro niveles diseñado para acoger variados usos y usuarios. La planta baja y el sótano se configuran como áreas de trabajo independientes, conectadas directamente a la calle, permitiendo a los residentes desarrollar actividades productivas o de emprendimiento sin alterar el entorno doméstico. Las plantas superiores, destinadas al uso residencial, están concebidas para ofrecer la posibilidad de reconfiguración en el futuro, ya sea como espacios de trabajo adicionales o viviendas independientes. Esta flexibilidad interior asegura que la casa pueda adaptarse a las cambiantes necesidades de sus ocupantes a lo largo del tiempo.
La casa se presenta como una solución arquitectónica que responde a las necesidades contemporáneas de sus usuarios, al tiempo que se adapta y vincula con sensibilidad a la topografía y al paisaje. Desde el interior de las plantas superiores, un antepecho bajo enmarca las vistas hacia la Cordillera de los Andes, mientras que lateralmente un antepecho invertido, colgando del techo, conecta visualmente con un árbol plantado en el patio de la planta baja. Estas estrategias no solo enriquecen la experiencia visual desde el interior, sino que también valoran la orientación favorable al sol de la mañana, integrando la casa de manera armoniosa con su entorno.