Con el nombre de sístole y diástole, nos adentramos en una primera sala de pequeñas dimensiones y con una tonalidad blanca y brillante. Este lugar recibe a los clientes gracias a un sencillo mueble mostrador.
Al avanzar en la estancia procedemos a adentrarnos en un nuevo espacio que parece dilatarse, un universo de azulejos verdes se establece con una serie de mesas de distinguidas formas geométricas. Una pincelada roja destaca en medio de la sala, es aquí donde se encuentra la vitrina que nos permite observar el trabajo artesanal de repostería de Cara Mela.
Descripción del proyecto por Casa Antillón
En la calle Trafalgar 20, cerca de la plaza de Olavide, en el barrio madrileño de Chamberí se ubica esta pastelería. El proyecto trabaja con dos operaciones espaciales contrapuestas que hemos llamado sístole y diástole.
El primer espacio blanco es pequeño y se contrae, dando lugar a un mueble equipado que recibe al visitante y que reúne todas las necesidades de las clientas. Este mueble es un mostrador, una barra, un almacén, un refrigerador, un horno, una caja registradora, una estantería, una basura, una cafetera, un molinillo y un lavabo. Este espacio es tan pequeño que se derrama en el siguiente. Y entonces aparece la sorpresa: el segundo espacio -amplioque se relaja y expande. Aquí el color aparece para crear un universo propio de formas caramelizadas, muebles que sirven de exposición, como asiento o como mesa. Inmersos en este mar de azulejo verde un punto rojo capta nuestra atención: la ventana transparente a través de la cual observamos el trabajo artesanal que hacen nuestras clientas en su tarea diaria en la cocina.