La construcción de la vivienda se entiende como una geometría de hormigón que crece en la superficie de la ladera. Los muros cuentan con unas placas ligeras aislantes de 14 cm recubiertas a ambos lados por 4 cm de hormigón proyectado y encofrado con una chapa grecada al exterior. Estos muros son estructurales gracias a un mallazo de acero en cada hoja de hormigón. Este sistema, también empleado en los forjados, crea una estructura muy ligera, con una envolvente especialmente aislante y con una inercia térmica superior a la habitual.
Casa en Torremocha por Ignacio Borrego. Fotografía por Javier Orive.
Descripción del proyecto por Ignacio Borrego
Yacer es gratis y cualquier otra cosa es arquitectura. Así definía Jorge Wagensberg la alteración del territorio que provoca la arquitectura. Ésta nos ayuda a protegernos de la incertidumbre del clima, pero además debe permitirnos asentarnos sobre un lugar. Una casa no es solo la envolvente que nos protege del frío y del sol, sino es la alteración de la línea del suelo para poder relacionarnos con él de forma confortable.
Nos encontramos en la vertiente meridional de Somosierra, en el entorno de los ríos Lozoya y Jarama, cerca de su confluencia. La pronunciada pendiente de la parcela y su óptima orientación hacia mediodía invita a dar la espalda a la ladera y girarnos hacía las vistas lejanas.
Casa en Torremocha por Ignacio Borrego. Fotografía por Javier Orive.
La premisa de un gran espacio al aire libre y una pista deportiva preferentemente separada convierte al proyecto en una secuencia de muros de contención y aterrazados para hacer posibles las plataformas horizontales, entre los cuales hay dos niveles interiores habitables. El superior, más dedicado a las estaciones frías, acoge la chimenea y está más expuesto al sol, y el inferior, para los períodos estivales, está cobijado dentro del terreno y se abre a las vistas y al espacio de la piscina protegido en todas sus aperturas por las sombras arrojadas por la planta superior.
Ambos niveles se abren hacia el valle, pero mientras la planta superior acota su percepción enmarcada hacia tres hitos diferentes del paisaje, la planta inferior se abre en continuidad hacia todo el horizonte.
Un tercer nivel, sobre la cubierta y expuesto al cielo, está ocupado por una pequeña pista de fútbol que permite además otro tipo de actividad tanto de día como de noche.
Casa en Torremocha por Ignacio Borrego. Fotografía por Javier Orive.
Breve descripción técnica
La construcción se manifiesta como una geometría monolítica de hormigón que aflora en la superficie de la ladera. Sus muros están realizados por placas ligeras aislantes de 14 cm de espesor con tan solo 4 cm de hormigón proyectado por el interior y otros 4cm por el exterior, encofrado con una chapa grecada. Estos muros son estructurales, gracias a un mallazo de acero en cada hoja de hormigón con conexiones trasversales mediante varillas electrosoldadas. Ambas caras trabajan solidariamente y soportan tanto las cargas verticales como los voladizos sin armadura adicional. Los forjados están realizados con el mismo sistema mediante placas ligeras aislantes de 20cm y recubrimiento en ambas caras de 4cm. Se trata de una estructura de muros portantes y vigas pared muy aligeradas. La envolvente es por ello especialmente aislante y con una inercia térmica interior superior a lo habitual.
Los huecos están protegidos del soleamiento por la sombra arrojada por la propia estructura o por contraventanas realizadas con la misma chapa grecada que se utilizó para encofrar los muros de hormigón.