Langarita-Navarro Arquitectos planteó una cubierta con la forma de una gran sección de terreno elevada sobre una losa de hormigón que soporta la importante carga de esta cubierta paisaje, con la que se restituye la vegetación preexistente. Su configuración es en zigzag, reduciendo el peso propio y generando una sensación visual de ligereza.
El acceso se produce a través de un patio abierto al mar en el que una escalera helicoidal nos conduce hacia el interior de un frondoso jardín protegido de los vientos. El volumen principal de la vivienda se eleva insertándose en el terreno y se asoma. A partir de esta se despliegan una cascada de gradas y escaleras que permiten el acceso a la piscina y al terreno.
La planta de la vivienda se organiza gracias a una batería de muros paralelos que apenas tocan levemente la cubierta. Una elegante estrategia náutica de aperturas y cierres que permite controlar los vientos cambiantes de poniente y levante.
Casa PS50 por Langarita-Navarro Arquitectos. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Casa PS50 por Langarita-Navarro Arquitectos. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
Descripción del proyecto por Langarita-Navarro Arquitectos
El protagonista de este proyecto es un extraordinario paisaje de costa espeso, escarpado e inexpugnable, que resiste al azote del viento Atlántico. Nos imaginamos la posibilidad de vivir bajo este estrato vegetal con los objetivos autoimpuestos de ser grande y al mismo tiempo poco visible invocando, además, el comportamiento inesperado de los cuerpos y materias.
La cubierta toma la forma de una gran sección de terreno elevada sobre una losa de hormigón que soporta la importante carga de una cubierta vegetal intensiva restituyendo la vegetación preexistente. La configuración en zigzag de la cubierta permite salvar grandes luces reduciendo su peso propio y transmite una sensación de ligereza imposible, casi como la de una tela perturbada por el viento.
Una batería de muros paralelos organiza la planta de vivienda tocando levemente la cubierta por debajo. Su disposición permite gestionar además de los usos, los vientos cambiantes de poniente y levante. Abriendo o cerrando los paños de vidrio según convenga es posible desplegar una configuración de exposición o defensa a cada uno de los vientos dominantes, haciendo uso de estos como si de un barco se tratara.
Casa PS50 por Langarita-Navarro Arquitectos. Fotografía por Luis Díaz Díaz.
El volumen principal de la vivienda se eleva incrustándose en el terreno y se asoma al mar como una proa apoyada en el prisma tallado de la poza de granito. A partir de esta se despliegan una cascada de gradas y escaleras que permiten el acceso a la piscina y al terreno. El acceso se produce a través de un patio abierto al mar por el que se asciende una amplia escalera helicoidal alrededor de un frondoso jardín a resguardo del viento.
La materialidad a base de muros de cal, planos horizontales de hormigón, acero reflectante y carpinterías oscuras dificulta la visión de la casa desde el mar que agazapada entre la vegetación se mimetiza con los colores del entorno natural, los arbustos y la roca calcárea.
El cuerpo vegetal se reconstruye mediante la plantación especies autóctonas de bajo consumo hídrico en el espacio libre de parcela y en la cubierta de con la intención a medio plazo de devolver al paisaje la imagen de la parcela previa a la construcción y de reducir la carga térmica de la vivienda mediante la evapotranspiración del conjunto.