Rousselle ubicó el acceso al sur, delimitado por un deck que da al patio y sirve de acceso a la escuela primaria, a las clases extraescolares y al gran salón de usos múltiples, ofreciendo así una mayor flexibilidad en el uso de las instalaciones.
El proyecto incorpora cubiertas inclinadas que conectan con la vegetación y aseguran así el perfecto cierre de esta quinta fachada y su integración en el patrimonio arquitectónico local.
Grupo Escolar Cranves-Sales por Christophe Rousselle. Fotografía por Takuji Shimmura.
Grupo Escolar Cranves-Sales por Christophe Rousselle. Fotografía por Takuji Shimmura.
Descripción del proyecto por Christophe Rousselle
La propuesta de este proyecto en Ville de Cranves-Sales, Francia, es maximizar el uso en la doble pendiente del terreno mediante la construcción de «dos escuelas» desarrolladas en dos terrazas diferentes, ambas en posición de mirador sobre su entorno.
El acceso, ubicado al sur, está delimitado por una cubierta que da al patio y sirve de acceso a la escuela primaria, a las clases extraescolares y al gran salón de usos múltiples, ofreciendo así una mayor flexibilidad en el uso de los equipamientos.
En la búsqueda de adaptarse de la mejor manera posible al contexto en el que se inserta, el proyecto consta de volúmenes fragmentados según cada programa, permitiendo así una escala más adecuada a los diferentes usos y minimizando la equívoca noción de un enorme equipamiento tipo «OVNI» que sería más acorde a una escuela urbana, en un entorno más denso.
Visible desde el punto más alto del edificio, el proyecto incorpora cubiertas inclinadas que conectan con la vegetación y aseguran así el perfecto cierre de esta quinta fachada y su integración en el patrimonio arquitectónico local.
La seguridad de los usuarios es una de las razones por las que se decidió situar la escuela en dos niveles diferentes: para que cada aula pueda relacionarse con el exterior, de esta forma se crean recorridos más directos y fáciles de utilizar. Además, a diferencia del primer nivel, la pendiente del terreno requirió la creación de un nivel inferior, para no convertirse en un gran terraplén. El paisaje propuesto es el de un fragmento de bosque local y unos volúmenes de piedra yuxtapuestos.
Las especies locales son de rápido desarrollo, ofreciendo en tan solo 7 años el registro inmutable de un paisaje que se unifica con la ubicación del edificio en total equilibrio, considerando el volumen de vegetación en relación al volumen del edificio.
Según esta lógica, los dos patios son terrenos planos y permiten amplios espacios de juego y paisajismo junto a las instalaciones, la escuela es un punto central en el paisaje rodeado por los macizos montañosos que la rodean.
La materialidad de la escuela busca promover la perdurabilidad en el tiempo y el interior muy variado se realza con el uso de colores vibrantes y al mismo tiempo refuerza la sensación de calidez con el uso de la madera en todas las áreas comunes y en el piso.